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Los ataques suben en un 36%

Rubalcaba oculta la realidad: Joyero, profesión de riesgo

Francisco Torres García. Los joyeros son, sin duda, uno de los sectores que de forma más continuada sufren la inseguridad ciudadana. El atraco a las joyerías o a los joyeros es algo que es dolorosamente habitual en España. Todos los años algún joyero es asesinado por los delincuentes y es moneda corriente que alguna joyería sea asaltada de forma recurrente. Ahí está el caso de González Iglesias, apuñalado en octubre pasado, que había sido atracado en tres ocasiones y en una de ellas brutalmente golpeado. Más reciente es el asesinato de Marta Viyandre cuyo cadáver fue arrojado a un barranco en Asturias.

Ser joyero en España es hoy una profesión de riesgo tanto físico como económico, ya que el incremento de los siniestros dispara las pólizas de seguros y reduce los márgenes comerciales en tiempo de crisis cuando no lleva a la ruina por las pérdidas directas. Incrementos de los costes a los que se suman las medidas de seguridad exigidas por las aseguradoras que asumen las pólizas y que suponen una constante mayor inversión. Por otro lado, la crisis también está golpeando duramente al sector, ya que el dinero que antes se destinaba a este tipo de compras se ha esfumado y se deriva hacia productos de necesidad. Pero lo que más preocupa a los joyeros es la inseguridad ya que, según los datos de sus asociaciones, los hurtos han dejado paso a los robos con violencia derivados de la actuación de las bandas y mafias profesionales que campan por España.

La delicada situación actual, producto tanto de la crisis como del hecho de haberse convertido en un blanco sustancioso para los atracadores, está poniendo contra las cuerdas a un sector que ha llegado a contar con más de 75.000 empresas ocupando a casi medio millón de trabajadores. Sector al que la crisis y sobre todo la delincuencia están acorralando. Realidad que trata de ocultar el Ministerio del Interior ofreciendo unos datos que difieren a la baja con los facilitados por los joyeros en un asombroso y escandaloso 51%. Según los datos publicados por las Asociaciones de joyeros, durante 2010, el sector sufrió 844 robos o intentos de robo. El incremento de la inseguridad es alarmante en zonas como Palma de Mallorca o en Cádiz, donde se alcanza un 700% o un 450% respectivamente. En Barcelona la inseguridad ha aumentado en un 90% y en Madrid en un 30%. Sin embargo, el Ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, parece preferir el maquillaje de cifras y la exclusión de determinadas variables de las estadísticas para continuar manteniendo que en materia de delincuencia España está mejor que nunca.

Lo que a los joyeros, como a muchos otros ciudadanos, preocupa es la impunidad y la sensación de desamparo. Impunidad que atrae al delincuente individual y a las bandas situándolos como blanco perfecto.  Quede como testimonio de ello la noticia de que los “butroneros” que actuaban en Madrid, que fueron detenidos el día diez de febrero, quedaban en libertad el día once tras prestar declaración en el juzgado. Mientras esto no cambie, mientras no se adecue el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal a la realidad, ser joyero equivaldrá a jugarse la vida y la hacienda cada día de la semana.