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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

Rubalcaba repite la jugada y Durán agobiado por el caso Pallarols

Miguel Massanet.  Una vez más y ¿cuántas llevamos ya? Una de las habituales jugarretas en las que tan duchos son los socialistas, ha permitido que un ayuntamiento, el de Ponferrada, haya pasado de manos del PP a las de los socialistas, en esta ocasión representados por el señor Samuel Folgueral. No es que las mociones de censura sean algo inusual en política ni, tampoco, que constituyan un delito; no, no señores, son perfectamente legales y entran dentro de lo permitido por la legislación. Entonces ¿podríamos decir que es un método ético o razonable para deshacerse de un alcalde que, por lo que fuera, se ha convertido en incómodo para los partidos que apoyan la moción de censura? Ahí señores ya no estoy tan seguro y tengo serias dudas de que, un señor que ha sido elegido por una mayoría de ciudadanos que le otorgaron su confianza para ocupar una alcaldía, pueda ser destituido, simplemente, porque aquellos que no fueron elegidos para ocupar el cargo, por circunstancias de intereses personales, por simples ambiciones de poder o por haber recibido consignas de sus superiores en sus respectivas formaciones políticas, para derrocar de su puesto al alcalde del partido que obtuvo más votos en la elección; estén moralmente legitimados, aunque legalmente lo estén, para privar al pueblo de su máxima autoridad.

Algo distinto sería si, el reprobado, hubiera cometido un delito, hubiera abusado de su cargo para perjudicar los intereses de los ciudadanos a los que gobierna o sufriera de alguna enfermedad o circunstancia similar que lo incapacitara para desempeñar, con la eficiencia necesaria, el cargo para el que fue designado. Parecía que existía un acuerdo no escrito entre los distintos partidos por el que, para garantizar la gobernabilidad, se permitiría gobernar a la lista más votada aunque fuera en minoría; sin embargo, como esto de los pactos de honor entre partidos sólo dura mientras que, a algunos de los que comprometieron el suyo, piensen que van a sacar más provecho olvidándose de él, para beneficio propio. En este aspecto, como en tantos otros, los de derechas pecan de ser más cándidos, de darle un mayor valor a sus compromisos y permitir que, una y otra vez, sus adversarios políticos se pasen por el fondillo de sus pantalones sus promesas cuando, con ello, puedan sacar ventaja sobre el partido contrario.

Si uno no conociera los métodos del señor secretario del PSOE, don Alfredo Pérez Rubalcaba; si uno no supiera de sus triquiñuelas, sus pactos secretos, sus mangoneos en el espionaje de sus adversarios políticos y sus trapisondas en su cargo de ministro del Interior, durante los años en los que los socialistas mantuvieron su poder; es posible que pudiera tener alguna duda respecto a la aparente postura de rechazo y condena a la moción de censura presentada por los socialistas de Ponferrada, apoyada por un edil que fue juzgado por acoso sexual, para derrocar al alcalde del PP. Pero, como ya ha sucedido en otras ocasiones, como fue el caso de los socialistas de Benidorm, con la madre de Leire Pajín como principal ,protagonista, es difícil dejarse engañar de nuevo. En Benidorm, el año 2009, el grupo socialista presentó una moción de censura contra el alcalde del PP, que ganó por un solo voto, el de un tránsfuga. También entonces en Ferraz se rasgaron las vestiduras y obligaron a los concejales a que presentaran la dimisión del PSOE; lo que ocurrió es que, una vez ganada la moción de censura y colocado a otro alcalde, señor Navarro, en el puesto del del PP, cuando se convocaron nuevas elecciones municipales, en el 2011,  los que habían abandonado el partido fueron de nuevo readmitidos en el partido socialista y el alcalde de Benidorn, señor Navarro, volvió a concurrir como cabeza de lista, sólo que ahora en las listas socialistas, volviendo a su cargo de alcalde, bajo las siglas del PSOE.

No es de recibo que, tanto el señor Rubalcaba como el número dos, señor Oscar López, muestren una aparente firmeza, estableciendo plazos perentorios para que los socialistas de Ponferrada deshagan el entuerto, y los aludidos, en bloque, decidan presentar sus bajas del partido, argumentando que primero se debían a los ciudadanos de Ponferrada que a la disciplina de partido. Es posible que, una vez, se la puedan dar con queso a nuestro Rasputín del PSOE, pero ya nadie puede pensar que don Alfredo ha sido desobedecido otra vez, sin que él estuviera al tanto de lo que se estaba maquinando. No quiere que se diga que el PSOE está apoyando una línea estratégica de ir minando el poder del PP en los municipios, de los que ellos fueron barridos, escandalosamente, después de las elecciones del 2011. Su mente maquiavélica ha urdido este método de tirar la piedra y esconder la mano con lo que viene logrando, sin que se pueda decir que lo está apoyando, ir colocando sus peones en puestos claves hurtados al PP.

Faltará ver si, para cuando se convoquen las próximas elecciones municipales, estos presuntos hijos pródigos, no habrán regresado a la disciplina del partido y, como ha sucedido en el caso de Benidorm, vuelvan a presentarse como candidatos del partido del que ahora se separan. En realidad, los ciudadanos de a pie de este maltrecho país, ya hemos visto tal cantidad de despropósitos que no nos sorprende que los encargados de la política se dediquen a destrozarse entre sí en lugar de prestar atención a las cuestiones importantes, como la situación de nuestras industrias o el problema del paro.

Por cierto. Quisiéramos hacerle memoria al señor Durán y Lleida de algo que quedó pendiente ¿Se acuerdan ustedes que prometió presentar su dimisión si, en el llamado caso Pedrerol, la Justicia demostraba que había habido financiación ilegal de su formación UDC? Cuando se conoció que se había producido un acuerdo con la fiscalía por el que, a cambio de unas penas menores y unas multas, los imputados se reconocerían culpables, con lo que evitarían ir a la cárcel; el marrullero señor Durán se desdijo de su promesa, argumentando que no se había demostrado la existencia de financiación ilegal, porque los implicados se habían declarado culpables sólo para evitar penas mayores. Pues bien, lo que ha sucedido ha sido que, la Audiencia de Catalunya, se ha desentendido del pacto con la fiscalía y ha decidido que, el delito cometido por los imputados era de una tal gravedad, en especial en un tiempo de crisis y desempleo, que el delito de financiarse de forma ilegal, es causa de grave alarma social y, por tanto, los condenados debían de ingresar en la cárcel. Parece que la excusa del señor Durán ya no existe y esperamos que, cuanto antes, cumpla su palabra de dimitir de su cargo político. En caso contrario, quedará en entredicho su honra que, con tanta imprudencia, puso como garante de su fe en sus compañeros de partido.

Lo malo del señor Durán y su correligionario el señor Mas, es que siguen en su empeño de tirarle piedras a España. Insisten en que los recursos que el Gobierno ha interpuesto ante el TC, por lo que hace referencia al anunciado referéndum para “el derecho a decidir” impiden el diálogo que, según ellos, están ofreciendo para llegar a un entendimiento con el Estado. ¿Quiere esto decir que existen posibilidades de que, el Gobern catalán, estaría dispuesto a renunciar a sus pretensiones separatistas? Evidentemente que no. ¿Entonces de qué se tiene que dialogar? Pues, de aumentar las subvenciones a Catalunya, cederles la recaudación de los impuestos y ampliarles las posibilidades de acudir al FLA para seguir nutriéndose de las ubres del Estado. ¿Acaso ceder a ello bastaría para evitar su deriva soberanista? No, en modo alguno, pero sí les ayudaría a pagar la enorme deuda que tienen pendiente y a seguir manteniéndose en el poder todos estos gobernantes, algunos de los cuales parece que tienen problemas con la Justicia. O así es, señores, como vemos los entresijos de la política española.