Rusia, una de las 12 estrellas de la Corona
Daniel Ponce Alegre. Teólogo y Antropólogo. Delegado en Levante de Diplomacia S. XXI. En su libro Europa y el Alma de Oriente, Walter Schubart, nacido en 1897 y muerto junto con su esposa judía en un campo de concentración de Kazajstán en 1942, y profesor de Filosofía de la Cultura y Filosofía de las Religiones en la Universidad de Riga durante la década de los años 30, analiza la historia del pensamiento europeo desde la visión filosófica de los pueblos eslavos y en especial del pueblo ruso, aquel del que San Juan Pablo II dice que " es el pulmón oriental de Europa junto con los demás pueblos eslavos evangelizados por San Cirilo y San Metodio patrones de Europa como lo es San Benito y Santa Catalina de Siena o Santa Edith Stein ".
Schubart es considerado en Historia de la Filosofía como un pensador y analista alemán - rusófilo, juzga en su libro a los españoles y rusos como " hermanos en el espíritu ", como también lo hicieron Ortega y Gasset, y Salvador de Madariaga comparando la libertad del espíritu español a través del mar con la libertad del espíritu ruso a través de la estepa siberiana y centroasiática. Escribe en su libro:
" El Occidente, brindó a la humanidad las formas más estudiadas de la técnica, de la organización estatal y de las comunicaciones; pero le robó el alma.
Misión de Rusia es devolvérsela.
Rusia posee precisamente las fuerzas espirituales que el resto de Europa perdió o destruyó.
Rusia es un trozo de Asia y a la vez un miembro de la comunidad cristiana; en ello estriba lo peculiar y único de su Misión histórica.
Solamente Rusia posee condiciones para infundir nuevamente alma a una generación estragada por el afán de poderío y anquilosada en el positivismo.
Parece, la que voy a decir, una afirmación atrevida, pero hay que hacerla con toda decisión: Rusia es el único país que puede redimir y redimirá a sus hermanos europeos ".
Aunque el autor de la impresión de atribuir a Rusia un papel casi mesiánico, nada más alejado del pensamiento cristiano del autor, y de en otros momentos tener conceptos étnicos y visiones panteístas discutibles, el libro es de una clarividencia pasmosa.
80 años después, defender a Rusia vuelve a ser una provocación para muchos y vuelve a generar incomprensiones como en la época en que lo hizo Schubart, y mucho más si se hace desde presupuesto de sus raíces cristianas y pertenencia a una Comunidad llamada " La Cristiandad ".
El hombre de nuestro tiempo, calificado por algunos filósofos como " el hombre prometeico ", es el hombre del Nuevo Orden Mundial, de la Naciones Unidas y de la Alianza de la Civilizaciones, y odia a Rusia con todas sus fuerzas, aunque lo disfrace de odio a Putin; trata de asfixiarla económicamente, de orquestar burdas campañas de intoxicación mediática con temores de invasiones rusas por el Báltico, con apoyos de radicales comunistas a la Rusia de Putin, como los de la Complutense u otros, y con operaciones secretas de asesinatos dirigidos casi personalmente por el propio Putin a sus " opositores ", a lo más puro estilo guerra fría pero que transpiran el tufillo de Langley y de las proximidades del río Potomac.
Y en este contexto geopolítico, los embajadores rusos han de moverse, y entre ellos el querido y admirado por algunos, Embajador de la Federación Rusa en España, el Excmo. Sr. D. Yuri Korchagin, que el próximo miércoles día 11 de Marzo visita Valencia y que dará una Conferencia, lección magistral como Doctor en Historia, en la Universidad Católica de Valencia, en su Sede de Santa Úrsula, en la Calle de Guillem de Castro, 94 a las 17:30h.
Tras dicha Conferencia, a las 20:00h, en el Ateneo Mercantil de Valencia, sito en la Plaza del Ayuntamiento se ha organizado por el Cónsul Honorario de la Federación Rusa en la Comunidad Valenciana, D. Ramón Congost Vallés, una cena benéfica para recoger fondos destinados a hospicios de Rusia y a la que asistirá el propio Embajador y que contará con la presencia de empresarios, y autoridades civiles y militares.
Concluyo con el título de este artículo: Rusia es una de las 12 estrellas de la Corona de la Unión europea y que los padres fundadores eligieron recordándonos que Europa es la Cristiandad, que sin una de sus estrellas ya no es Europa, que sin Rusia ya no es Europa, y que las raíces de Europa son Cristianas, y que esa Corona es la Corona de la Iglesia de Cristo, símbolo de las 12 tribus de Israel y de la Jerusalén Celestial con claras referencias al libro bíblico del Apocalipsis.