SAN MIGUEL ARCÁNGEL VS. SATANÁS
Fidel García Martínez Catedrático Lengua Literatura Doctor Filología Románica. El Papa Francisco plenamente consciente de que el mal, inspirado por Satanás, pretende debilitar la Iglesia Católica, aunque no pueda derrotarla, porque tiene la promesa que Jesucristo profetizó a San Pedro, primer papa: “Las puertas del infierno no la derrotarán”, ha pedido a todos los católicos del todo el mundo por medio de la Red Mundial de Oración del Papa, que recen con especial devoción el Santo Rosario, todos los días del mes de Octubre. Son muchos los males que amenazan la unidad de la Iglesia, uno de los más perniciosos es el de la división entre sus miembros y la desobediencia a los Obispos y especialmente al mismo Papa Francisco, por parte de aquellos que le acusan de der el causante directo o indirecto de los males que sufre la Iglesia.
Muchos católicos sinceros y desorientados piensan que la iglesia Católica sufre una auténtica persecución que tiene su origen en Satanás seductor del mundo y padre de la mentira. El mal que ataca a la iglesia se manifiesta de varias maneras y van desde los ataques sacrílegos y blasfemos, hasta la persecución asesinato y muerte violenta de sacerdotes, religiosas y fieles seglares, con el fin de descreditar a la Iglesia e impedir en diferentes partes la evangelización; así como los ataques de regímenes e ideologías políticas que predican el ateísmo y la descristianización de la sociedad con claras muestras de clerofobia intolerante y reaccionaria. El grave asunto de algunos clérigos condenados por abusos sexuales, extendido a toda la Iglesia es sin duda una maniobra perfectamente programada por fuerzas satánico-infernales muy poderosas.
Para defenderse de los planes diabólicos de Lucifer, príncipe de las tinieblas y padre del mal, el Papa Francisco ha propuesto para este mes de Octubre medidas muy eficaces y sencillas que están al alcance de todos los católicos desde los más sencillos a los más instruidos. Estas son: el rezo del Santo Rosario, y una oración muy sencilla al Arcángel San Miguel, que le fue inspirada celestialmente al gran papa de las reivindicaciones obreras León XIII en unas circunstancias en las que la Iglesia era atacada y perseguida con saña infernal. En esta plegaria a San Miguel se le pide que, como Príncipe de la Milicia Celestial: con el poder de Dios arroje al infierno a Satanás y a los demás espíritu malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Todas estas suplicas s ponen: “bajo el amparo de la Santa Madre de Dios, que libra de todos los peligros”.