"Santos de pantalón corto" se convierte en una de las novedades editoriales con más aceptación
Javier Paredes, Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Alcalá de Henares, director de la Historia Contemporánea de España y de la Historia Contemporánea Universal, utilizadas como manuales en las universidades españolas desde hace años, es sin embargo, y ante todo, un hombre de fe. Por eso ha hecho de su existencia un acto de entrega permanente a las causas que dignifican la vida humana frente a la corriente nihilista que todo lo inunda. Su último libro toca un tema poco conocido por el gran público: el de los niños que alcanzan la santidad. De ahí que el título sea "Santos de pantalón corto", editado por Homo Legens.
Profesor Paredes, ¿cómo se le ocurrió la idea de escribir un libro sobre niños santos?
Siempre he escrito biografía, pues en definitiva la Historia consiste en estudiar decisiones, y donde se pueden mostrar plenamente es en este género histórico. Las sociedades, sin duda, cambian a golpe de decisiones políticas, económicas, educativas... Y un día descubrí que los historiadores también deberíamos tener en cuenta las decisiones religiosas. Hace años, en un congreso internacional de historiografía conocí a Jean de Viguerie, que impulsó en Francia los estudios de Historia religiosa y me animé a adentrarme por esos terrenos. Tan es así que en mi Universidad de Alcalá imparto una asignatura optativa de Historia de la Iglesia en el Mundo Contemporáneo, que tiene muchos alumnos. Primero hice biografías de los Papas de los siglos XIX y XX. Pero sin duda los niños son los gigantes de la santidad, porque saltan el listón sin que se les rebaje ni un milímetro de exigencia. Si me permite el símil deportivo, le diré que los “santos de pantalón corto” no juegan en canchas de baloncesto con las canastas más bajitas... Estas criaturas encestan y hacen triples en las canastas de la NBA. Son admirables.
Llama mucho la atención que haya habido tan pocos en la historia…, ¿a qué se debe?
Sí hay muy pocos, santos y beatos confesores –no mártires- hay cuatro. Hasta que San Pío X no adelantó la edad para recibir la Primera Comunión, se recibía muy tarde. Y fue este Papa el que dijo, al tomar esta decisión, que a partir de entonces habría niños santos. Lógico, nuestra religión es sacramental y sin sacramentos no hay santidad. Recuerdo ahora que cuando se les aparece el ángel a los niños de Fátima para prepararles para las apariciones de la Virgen les da la comunión, incluso a Jacinta y Francisco que entonces no habían hecho la Primera Comunión.
¿Cuál de los cuatro casos que cita le llamó más la atención a Vd. al conocer la historia?
Sin duda, el de Laura Vicuña, a quien dedico el segundo capítulo del libro. Por eso animo a la gente que empiece a leer el libro por esas páginas que se titulan “La confesión de Laura Vicuña”.
¿Qué opina del caso Alexia?, ¿lo considera similar a los que Vd. enumera en su libro?
Conozco muy bien el caso de Alexia, porque desde hace diez años estoy trabajando con la documentación de los niños que están en proceso de beatificación de España y de otros países. Estoy preparando el próximo libro donde contaré el caso de las tres niñas madrileñas que están en proceso de Beatificación: Pilina, Carmencita y Alexia. Estoy convencido que algún día la Iglesia las proclamará santas oficialmente a las tres.
¿Puede haber hoy, en el mundo actual, niños santos, teniendo en cuenta la cultura dominante?
Pues claro que sí, porque ni el mundo actual ni la cultura dominante tienen mucho que ver en esto ya que quien de verdad santifica las almas, las de los niños y las de los mayores, desde hace veinte siglos es el Espíritu Santo. Llevo años estudiando “el mundo actual” y la verdad es que está para pocos encargos serios. Tenía razón Santa Teresa: “Sólo Dios basta”.
Su libro está teniendo un gran éxito de ventas…, lo mismo podemos decir de la biografía de Sor Patrocinio, de HomoLegens, de la que también hemos hablado en Diario YA…, ¿piensa que algo puede estar cambiando, que quizá se vuelva a los valores en la sociedad de hoy?
Lo están leyendo muchos adolescentes porque hay colegios que lo recomiendan como libro de lectura y hacen trabajos con el libro. Es un libro para adolescentes y para mayores y muy recomendable para aquellos abuelos que se lo quieran regalar a sus nietos, para decirles por sus páginas, lo que ya no se atreven a decirles de palabra.