Saramago y el negocio de Dios
M. Dolores Bravo. José Saramago, tras publicar su novela, “Caín”, ha declarado en varias entrevistas perlas tales como: “Dios no es alguien de fiar”, “Sin la Biblia , seríamos mejores”… y ha arremetido contra Benedicto XVI tachándole de cínico. Pediría al Nóbel un poco de decencia intelectual ya que se dedica a enriquecerse gracias a Dios, aunque sea para atacarle.
Ningún ateo puede negar la evidencia de Dios, como tampoco puede negar su existencia sin saber que Dios mismo les permite que renieguen de él por la libertad que les ha otorgado. Sin Dios no es posible el pensamiento, ni siquiera el perverso, que se enfrenta a Él para derribarle de su trono y colocarse a sí mismo en su lugar. El ateísmo es un problema de soberbia intelectual que rehúsa que otro le marque las pautas de comportamiento, y parece que Saramago con sus 87 años la ha acumulado sin ninguna compunción.
Por eso morirá con las botas puestas e irá a acompañar a Caín, otro maldito de Dios, que culpó a la Divinidad de sus maldades y de la injusticia del mundo, en lugar de ver la garra del odio de Satanás detrás de cada desgracia. Igualito que Saramago.