El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, considera que "no es razonable" reunir a los líderes del Grupo de los Ocho países más industrializados del mundo en una cumbre anual sin la participación de países emergentes tales como China e India.

   "Soy uno de los que piensan que no es razonable reunir al G8", reconoció Sarkozy en una conferencia del partido de Gobierno, el UMP, en París, dos días antes de la Cumbre anual del G8 que se celebrará en Japón.

   "Pienso que no es razonable seguir reuniendo a los ocho para solucionar los grandes asuntos del mundo, olvidando a China, con 1.300 millones de personas, y sin invitar a India, con 1.000 millones de personas, sin tener ningún país árabe, sin tener ningún país africano y sin tener ningún país de América Latina", insistió el mandatario galo. Las declaraciones del mandatario francés demuestran hasta qué punto son buenas las relaciones económicas entre Francia y China, y la apuesta que el Estado francés está haciendo por el gigante asiático. Estas últimas declaraciones de Sarkozy parecen querer poner punto y final a la crisis del Tíbet, en la que Francia no dudó en oponerse al régimen de Pekín a pesar de los contratos comerciales que les obligaban. 

   El club de grandes potencias fue creado en 1975 con seis países: Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido e Italia. Al año siguiente ingresó Canadá y Rusia se incorporó en 1998. "No es razonable, no es justo, el mundo es universal, el mundo es multipolar", consideró Sarkozy.

   "No se puede decir entre ocho: 'vamos arreglar los problemas del mundo'. La verdad es que si queremos la paz y el desarrollo, hace falta que todo el mundo esté invitado. No acepto que un continente de mil millones de habitantes como Africa no tenga un país que le represente en la mesa de los grandes del mundo", concluyó.