Según Solbes, el Gobierno hace todo lo posible para evitar la crisis
"He dicho muchas veces que no es nuestro trabajo decir cuándo vamos a entrar o no en recesión, o si vamos a entrar o no vamos a entrar", ha dicho Solbes a la entrada de la reunión mensual de ministros de la eurozona al ser preguntado sobre la posibilidad de que España caiga en una recesión a finales de año.
"Sí puedo decirles que, de acuerdo con nuestros datos, el segundo trimestre de este año el crecimiento es algo inferior. Que lógicamente vamos a hacer todo lo posible, y se han adoptado una serie de medidas de impulsión de demanda para que mejore la demanda y mejore la economía y ese es nuestro objetivo fundamental".
Al ser preguntado por el llamamiento lanzado al Gobierno por el Círculo de Empresarios para que tome más medidas para hacer frente a la crisis, Solbes explicó que comparte algunas de las recetas de los empresarios, como la introducción de una mayor liberalización de los mercados, pero discrepa de otras medidas como la rebaja de los impuestos.
"Creo que es imprescindible seguir trabajando en la liberalización de los mercados, creo que no es el momento para hacer rebajas en el impuesto de sociedades y creo también que en salarios hay que evitar los efectos de segunda vuelta, en los que he insistido muchas veces. Por lo tanto, hay elementos de aproximación y elementos de discrepancia", señaló.
El vicepresidente insistió en que no es su trabajo preocuparse "de que caiga el precio de la vivienda o no" sino que su responsabilidad consiste en "intentar que la gente gane confianza y vuelvan a comprarse casas en cantidades significativas en España", algo que no parece fácil a tenor de las últimas subidas de tipos por parte del BCE.
En este sentido, aseguró que "empieza a generarse ya un principio de demanda que antes o después se centrará en el mercado y acabaremos volviendo a una situación más normal de construcción, aunque parece que no está siendo este año esa situación".
"El problema que tenemos es que ha habido una cierta indigestión en la construcción por una construcción excesiva y ahora lo que estamos viviendo es la digestión de esos excesos. No sabemos el tiempo que tardará", declaró a los periodistas.
Al ser preguntado por las últimas críticas del presidente francés, Nicolás Sarkozy, a la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de subir hasta el 4,25% los tipos de interés, Solbes reclamó que se deje trabajar a la autoridad monetaria. "Si hay una institución que es responsable de la política monetaria, si intentamos elegir la mejor gente posible al frente de la misma, si le damos independencia para que tome sus decisiones, pues evidentemente nos gustarán más o menos sus decisiones, pero hay que dejarlos trabajar", dijo. Tal vez no recordaba las palabras de reproche que tuvo para su máximo responsable, Jean-Claude Trichet, José Luis Rodríguez Zapatero a tenor de las pobres espectativas de crecimiento que auguraba para España.
Por su parte, hoy hemos sabido que el Banco Central Europeo (BCE) ha fijado en 157.000 millones de euros las necesidades de los bancos de la zona euro, en el marco de la primera operación de refinanciación desde la subida de tasas decidida la semana pasada.
Esta nueva adjudicación, cuyo resultado se anunciará el martes, permite a los bancos comerciales instalados en la zona euro cumplir con sus obligaciones de reserva mínima, que vence el 16 de julio.
Según cifras provisionales, la inflación en la zona euro alcanzó en junio el 4%, lejos del objetivo de mediano plazo que era del 2%.
El vicepresidente acogió con cautela la propuesta de la Comisión para dar más flexibilidad a los Estados miembros en la aplicación del tipo de IVA reducido y permitir que se beneficien productos como los pañales o los preservativos. Solbes dijo que "hay algunas ideas que a nosotros no nos parecen mal" aunque dejó claro que las reducciones no serán obligatorias sino que cada país podrá decidir llevarlas a cabo o no.
"En algunos países el tema puede ser más interesante que en otros y por lo tanto estamos dispuestos a analizar la propuesta", resaltó. Recordó no obstante que se trata de la "primera fase" y que todavía debe ser discutida por los Estados miembros.