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Diario YA


 

Los abuelos tienen que llenar la casa de paz, conciliación y estabilidad

Seres Humanos antiguos

José María Solanes. Amamos las catedrales antiguas, los muebles antiguos, las monedas antiguas, las pinturas antiguas y los viejos libros, pero nos hemos olvidado por completo del enorme valor moral y espiritual de los ancianos que en definitiva son también seres humanos antiguos. (Lin Yutang)

 Nadie duda de la importancia que tienen los abuelos para las nuevas generaciones.

 Muchas parejas jóvenes, se han acostumbrado, unas veces por necesidad y otras muchas por comodidad, a que sean los abuelos los que ejerzan de padres y madres de sus nietos, que sean canguros de los pequeños y compañeros obligatorios de juego..

 La calidad de vida de una familia no puede apoyarse en la “utilización” de los abuelos. Debemos acudir a ellos sólo en caso de extrema emergencia, y así evitaremos las quejas sobre lo que se espera de ellos, sobre las ideas distintas en la educación de los niños. Es verdad que los abuelos juegan un papel importante en la vida de los nietos. Pero no abusemos de ellos.

 Los abuelos actuales no son como los de antes. Tienen su propia vida, una vida más autónoma y dinámica. Tienen su vida llena de nuevas inquietudes culturales, sociales y laborales.

 Los padres son los modelos de referencia en la educación de los hijos. No debemos cargar esa mochila en los abuelos. Ellos solo tienen que llenar la casa de paz, conciliación y estabilidad aconsejando y apoyando a sus hijos en la educación de los nietos.

 Dice Benedicto XVI: “los abuelos pueden ser –y lo son tantas veces- los garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. Ellos dan a los pequeños la perspectiva del tiempo, son memoria y riqueza de las familias. Ojala que, bajo ningún concepto, sean excluidos del círculo familiar. Son un tesoro que no podemos arrebatarles a las nuevas generaciones”.