Londres. El primer ministro británico David Cameron tiene intención de someter a referéndum popular si el Reino Unido debe permanecer o no en la Unión Europea, siempre que gane los comicios de 2015, ignorando las consecuencias que este anuncio pueda suponer, tanto económicas como diplomáticas, con sus aliados.
Las razones que llevan al líder del partido conservador a tomar esta decisión parecen basarse en la “fuerte desilusión del pueblo británico con la UE”, la que se encuentra, según sus propias palabras “en un máximo histórico" debido a la crisis de deuda de la zona euro.
Cameron ha declarado con anterioridad que esta es una de las razones principales por las que Reino Unido se plantea analizar su participación con el bloque europeo, puesto que "La Unión Europea que surge de la crisis de la Eurozona va a ser un organismo muy diferente que será transformada por las medidas necesarias para salvarla”
Para que Cameron pueda plantear mediante elecciones la salida británica de la UE es necesario primero que gane las elecciones, algo que por otra parte no se sabe si sucederá. Pero, de momento, el líder conservador pretende ir abonando el terreno ‘por si acaso’ y comenzar a renegociar ahora las condiciones de Reino Unido como miembro de la UE, "Y cuando hayamos negociado ese nuevo acuerdo, daremos al pueblo británico un referendo con una elección muy simple de dentro o fuera, para ver si seguimos en la UE bajo estos nuevos términos; o si salimos completamente. Será un referendo de dentro o fuera", agregó, esto es, un ‘si’ o un ‘no’ que no tendría camino de vuelta y que en todo caso sucedería en algún momento del período de 2015 a 2018.
Lo cierto es que los conservadores están perdiendo terreno frente a su opositor laborista debido a los dolorosos recortes al gasto público que están aplicando, en un intento de reducir el enorme déficit de presupuesto que sufre Reino Unido en la actualidad.
También tenemos que esta medida seguramente no se acoja de manera favorable por algunos de los otros estados que pertenecen a la UR, como Francia y Alemania. Tampoco parece que gustaría demasiado a su otro aliado, Estados Unidos, que ha declarado que le gustaría que Reino Unido permanezca como miembro de la UE con "una voz fuerte", puesto que su posición económica como la sexta mayor economía del mundo así lo avala en el bloque de los 27 países miembros que componen la UE.
Para el líder conservador, la nueva Unión Europea debe construirse sobre cinco principios, la competitividad, la flexibilidad, que el poder regrese a los estados miembros y no los abandone, la responsabilidad democrática y la justicia.