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Diario YA


 

Notable calidad ante una aparente superficialidad

Sicario

Víctor Alvarado

El thriller es un género que, cuando no está construido mediante un sólido guión, suena cine de serie B. Sin embargo, en el momento en el que se percibe que está trabajado, te suele atrapar de principio a fin. Sicario es un claro ejemplo de lo segundo; es decir, cine “palomitero” que te mantiene pegado a la butaca.

Esta inquietante producción gira en torno a una idealista agente del FBI que tiene que colaborar con un oficial de las fuerzas de élite gubernamentales que utilizan unos métodos, que se encuentran en el límite de la legalidad, para lograr atrapar a peligrosos y astutos delincuentes, provenientes del narcotráfico y que se las saben todas para salirse con la suya.

La dirección ha corrido a cargo de Denis Villeneuve que, aunque su apellido suene a piloto de fórmula uno, es un excelente cineasta como demostró con Incendies y Prisioneros, que imprime un ritmo impresionante a todos sus trabajos, consiguiendo una atmósfera tan espectacular que tienes la sensación de estar viviendo la angustia de los protagonistas. Los diálogos presentan un nivel de calidad notable y los personajes plantean temas interesantes dentro de una aparente superficialidad.

A este cineasta le encanta plantear complicados dilemas morales en los personajes protagonistas como ya hizo con la citada Prisioneros. En esta producción nos encontramos con dos agentes de la ley antagónicos. La agente, Kate Macy, que es una excelente profesional que siempre está del lado de la ley y que defiende el estado derecho, no tomándose nunca la justicia por su mano. En cambio, para el consultor Alejandro, conocedor de cómo se las gastan los narcotraficantes mexicanos, el fin justifica los medios. Por tanto, el realizador canadiense maneja a la perfección ese contraste, provocando en el espectador un sentimiento de empatía o rechazo, aunque en un tono de grises, lo que puede generar un interesante debate tras su visionado. Por cierto, los actores están espléndidos. No hay que perderse la escena de alta tensión en la frontera cuando, a mitad de metraje, intentan regresar a EEUU.

La actriz Emily Blunt representa la impotencia del ser humano ante una situación que le supera, mientras que Josh Brolin interpreta al cínico perfecto. Por último, Benicio del Toro, que cada vez se parece más a Brad Pitt, se luce en todas las escenas en las que participa. Y es hay algunos que ganan con los años…