Ricardo Fraguas

La canta autora de Nasville, Taylor Swift, se dirigió ayer al público congregado en el Palacio de los deportes de la Comunidad de Madrid, con mucha cercanía. "Estos músicos que me acompañan son parte de mi familia y vosotros también. Es la primera vez que vengo a España y os puedo asegurar ya, que no va a ser la última. Me siento muy a gusto en Madrid. Sois estupendos, muchas gracias."

Visiblemente emocionada en varios momentos de la actuación, Taylor Swift realizó una interpretación impecable de las canciones de su nuevo álbum, Speak Now, y premió al público con algunos títulos de sus anteriores éxitos como Fearless, You belong with me y Love Story con el que se despidió hasta la próxima.

Una muy delicada, elegante y sentida puesta en escena, en un eficaz escenario en dos alturas con escalera y un pasillo en T para adentrarse al público de la pista. A media actuación, Taylor baja y camina entre el público abandonando el escenario principal de dos alturas donde continúan sus músicos. Saluda y sube a un acertado pequeño escenario, en el lado opuesto junto a los graderíos del fondo sur, que recoge el gran espectáculo transformando la atmosfera del Palacio de los Deportes en la de un íntimo café-concierto. Desde allí, antes de volver al escenario principal, Taylor con el instrumento que considera "el de la alegría", su querido ukelele cantó "I´m yours".

El montaje audiovisual de fondo que arropaba con armonía todas las canciones que interpretó Taylor, era en sí arte, con todo su sentido.

La coreografía y dirección artística, muy en la línea, con todo el trabajo y talento necesario para que pareciera fluir sin artificios, ni estridencias, pero haciendo crecer canción e interpretación de la artista.
La ingeniería de sonido y mezclas perfectas. Taylor, en guitarras acústicas, a cuál más bonita, al piano y con el ukelele, estuvo sobresaliente en su interpretación. Sus músicos, guitarras, bajo, percusión, violín, teclados, coros, perfectos.

Taylor estuvo muy cariñosa y cercana con el público. Se mostro muy femenina y con energía. Atractiva pero sin seducción provocadora. Mucho más preocupada de transmitir y contar sus historias y de recibir la energía positiva y el afecto de las personas que acudieron al concierto.

El vestuario, soprendentemente elegante y contenido, para la tendencia hacia lo "recargadillo" a la que nos tiene acostumbrados en sus vídeos -por otra parte excusable en la adolescencia-. Comenzó con un bonito y simpático vestido charleston de flecos dorados que Taylor supo mover con gracia a juego con su rubia melena ondulada.

La vimos de las hermanas "sister" en azul con guantes blancos que regaló al público. Y hasta de princesa en raso, con mucha caída, que ocultaba un vestido cortito de fiesta plateado, que apareció con efecto sorpresa.

Grandes, jóvenes y niños corearon todas sus canciones y respondieron con vítores y aplausos todas las piezas. El público todo se divirtió con absoluta corrección.

La organización del concierto que corrió a cargo de la división Española de la multinacional Live Nation, avala su reputación. Todo funcionó a la perfección.

Taylor Swift, la cantante al amor y al desamor y de nuevo al amor, como ella se definió, ofreció su amor al público de Madrid mostrando con sus manos la silueta del corazón.Y dijo: "encuentro que a pesar de los diferentes idiomas y culturas, este es de verdad nuestro lenguaje común, el amor." Todos asentimos con una ovación.

Taylor, esperamos verte muy pronto de nuevo y te deseamos que tengas muchas felicidades en tu gira.