Super 8
Victor Alvarado
Super 8 es la película que hemos decidido rescatar de entre las que se han estrenado en estas vacaciones veraniegas. Sin duda, se trata de un homenaje al cine ochentero, que hizo las delicias de los jóvenes y adolescentes de la era del Spectrum. El citado largometraje bebe de las fuentes de ET, el extraterrestre, Los goonies y Cuenta conmigo.
La historia versa sobre las peripecias de un grupo de adolescentes, aficionados a realizar películas en formato Super 8, ya que, en los años setenta, estaba de moda que los adolescentes participasen rodando las conocidas como Backyard Monster Movies (películas caseras de terror), que fueron promovidas por la revista Famous Monster of Filmland que dedicaba varias de sus páginas a analizar este tipo de cortometrajes.
Algunos de esos directores aficionados se acabaron convirtiendo en auténticos profesionales. Seguro que les suenan Tim Burton, Christopher Nolan, Steven Spielberg o Santiago Segura.
Por otra parte, Super 8 (2011) está dirigida por JJ Abrams, conocido por películas taquilleras como Misión imposible III y Stark Trek, aunque sus mayores éxitos provienen del mundo de la televisión, puesto que es el creador de series como Felicity o Fringe. Se ha convertido en el protegido de Steven Spielberg que produce la cinta en cuestión y está claro que esa pareja funciona a la perfección porque ha conseguido contar una historia diferente a la que estamos acostumbrados. Sin embargo, nos traslada a otra época, donde había un tipo de cine diseñado para los más jóvenes en el que el valor de la amistad era ensalzado. Por esa razón, pensamos que JJ Abrams ha acertado al preparar un relato entendible para que niños, jóvenes y adultos puedan disfrutar de su visionado en familia en una entretenida y notable película de extraño final. La intriga se mantiene hasta los últimos minutos.
Cambiando de tema, tanto Abrams como Spielberg han contado con dos actores (Joel Courtney y Riley Griffiths) noveles que se desenvuelven bien ante las cámaras, llevando todo el peso de la producción.
Además, el gran acierto del director ha sido mostrar diferentes modelos familiares y las dificultades que presentan cada uno de ellos, así que nos encontramos con una familia numerosa que, a pesar de los inconvenientes que genera la convivencia de tantas personas, son felices y acogedoras. La siguiente familia la compone un hombre viudo que cuida de su hijo y que tienen dificultades para comunicarse como consecuencia de no haber superado la muerte de su esposa y madre respectivamente. La última de ellas, la compone un hombre alcohólico que hace sufrir a su hija, que encuentra en una pandilla un modo de evadirse de los problemas.
Desde un punto de vista económico, la película lleva recaudados 80 millones de euros en EEUU cuando “tan sólo” ha costado 35 millones de euros a pesar de no contar con ninguna superestrella de Hollywood, que siempre es un interesante reclamo y una apuesta segura.
Por último, como dato curioso, el primer contacto que tuvo JJ Abrams con Spielberg fue en el momento en el que tuvo la oportunidad de restaurar su cortometraje en el citado formato. El director americano destaca la sencillez con la que Spielberg sugería los cambios para alguna de las escenas, que siempre se mostró comprensivo y generoso.