Suprema corazonada
Miguel Revilla San Martin. La inmensa mayoría de españoles ha sufrido una gran decepción, al no triunfar la candidatura de Madrid como sede de las Olimpiadas del 2016.De entre las muchas cosas positivas que se han visto en este evento, destacaría la unión efectiva y afectiva lograda, tanto a nivel ciudadano como institucional, por conseguir esta meta. Despertamos del sueño y la corazonada se esfumó.
Quizás pudiera ser un estímulo colectivo para aspirar a la más grande, maravillosa y suprema corazonada posible, que no es otra que apostar por la meta de la vida plena para todos los fetos concebidos desde este día 2 de octubre 2009 en adelante. Esta meta o corazonada, sí que depende sólo de nosotros y no de votos foráneos. Para el 2016 esos millares de niños no abortados, podrán ser el relevo generacional más valioso que todos esperamos.¡Bendito sueño hecho sí realidad, para ellos, sus padres y demás españoles¡.
La grandeza de un pueblo civilizado no se valora por un puñado de medallas olímpicas, sino por el respeto y ayuda que ofrece al bien más preciado, que son los nascituri.
¡Merece la pena aspirar a la suprema corazonada que es la del mismo Dios, en quien decimos creer, autor de toda vida humana¡.