Redacción Madrid. 22 de octubre. En una conferencia en la Universidad CEU San Pablo, el Ministro Consejero de la Embajada de Rusia en España, Alexander Surikov, ha negado que la intención de Rusia fuera un cambio de régimen en Osetia, ya que “si las tropas rusas hubieran tenido esa idea, habría sido posible hacerlo”
Pasados casi tres meses del conflicto en el Cáucaso, que terminó con la entrada de las tropas rusas en Osetia del Sur, la posición de Rusia con respecto a la cuestión es clara: no cabe otra alternativa que el reconocimiento de la independencia de Abjasia y Osetia del Sur.
Así lo ha explicado el Ministro Consejero de la Embajada de Rusia en España, Alexander Surikov, en la ponencia que ha pronunciado en las Jornadas de Estudio ‘Frozen Conflicts. Conflictos sin resolver’ del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala. Como ha subrayado Surikov, en las actuales circunstancias de agresión abierta, “Rusia sí apoya la independencia de Abjasia y Osetia”.
Una solución que, a la luz de los antecedentes de agresión georgiana al pueblo osetio, se antoja como la única posible. A este respecto, Surikov se ha referido a los ataques georgianos de 1922, 1991 y al último acaecido este mismo verano. “Después de estos tres casos de exterminio –ha incidido- es irreal pensar que Georgia y Osetia puedan vivir en un mismo Estado”.
La situación, por tanto, no es nueva y deviene de un escenario fraguado tras el desmantelamiento de la URSS, que hizo rebrotar las tensiones al no reconocer Georgia el derecho a autodeterminarse de Abjasia y Osetia. Los acuerdos de Dagomis (1992) tendrían que haber sido la base para edificar una convivencia armoniosa, pero “lamentablemente los dirigentes georgianos han perdido todo este tiempo, en vez de persuadir para la convivencia se ha practicado una política de hostigamiento”.
En este contexto, y ante los acontecimientos de agosto de este mismo año, Rusia no tuvo más remedio que intervenir en función del papel de “garante de la paz en la región” que le atribuía el acuerdo de Dagomis y para “defender a las ciudadanos rusos y garantizar la no reanudación de las hostilidades por parte de Georgia”. Una intervención que, según Surikov, se produjo después de que Rusia advirtiera a Estados Unidos y Europa de la gravedad de la situación y no hicieran nada por disuadir a Saakashvili, se ha lamentado Surikov.
Ante la inacción de la comunidad internacional, Rusia quedó como la única responsable de garantizar la paz en la zona. “Cualquier político en la piel de los dirigentes rusos habría hecho lo mismo”. La intención no era otra que “imponer la paz”, en contra de los que sugieren que tras la acción rusa había un intento de cambiar el régimen de Georgia. “Si las tropas rusas hubieran tenido esta idea, lo habrían podido hacer”.
Por otra parte, ante las acusaciones de injerencia, el diplomático ruso se ha que preguntado que “si Saakashvili considera a los osetios como parte de Georgia, ¿cómo es posible que ataque a sus propios ciudadanos?”.
Con vistas al futuro próximo, Surikov ha juzgado de muy probable la inclusión de Abjasia y Osetia en la Comunidad de Estados Independientes. Asimismo ha clamado por la necesidad de articular un sistema internacional eficaz para gestionar esta clase de asuntos. En este punto, el ponente se ha cuestionado el papel de la OTAN una vez que ha desaparecido el marco de la Guerra Fría.