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Diario YA


 

TABARNIA COMO RESUMEN

Rafael Nieto,
director de Sencillamente Radio, en Radio Inter. Concluye 2017, y es inevitable tener la sensación de que van ganando los malos, o para ser más exactos, de que la posverdad (lo que siempre ha sido la mentira), ahora disfrazada de invención o de hiperrealidad, va ganando terreno, lenta pero imparablemente. En el resumen del año realizado este viernes por Mariano Rajoy, es cierto que había firmeza en la defensa teórica de las leyes y de la Constitución, pero también una cierta resignación fatal, la de tener que admitir que ante el voto de cientos de miles de individuos que se quieren inmolar, y con ellos arrastrarnos a los demás al caos, muy poco puede él hacer.

Y es posible que sea verdad. Es posible que después de cuarenta años de dejarlo todo al arbitrio de las urnas, todo a la voluntad popular, en un referéndum continuo que aunque no se articule con urnas, se termina articulando en las calles con la manipulación constante de millones de individuos, sea poco menos que imposible detener desde las instituciones del Estado esta apuesta colectiva por el caos y la autodestrucción, este suicidio silencioso que, en caso de romperse España, llevaría a nuestros hijos y nietos a un limbo imprevisible. Eso se deduce del resultado de las elecciones catalanas del día 21 y de la reacción de los principales partidos al respecto.

Desde la Transición, había un acuerdo tácito de respetar la legitimidad que se supone que da a un gobierno central la confianza de una mayoría de ciudadanos. Así, los primeros ejecutivos de la democracia, y especialmente los de Felipe González, pudieron gobernar sin que se discutiese la autoridad que le correspondía en el manejo del timón de España, y muy especialmente en los asuntos de mayor importancia. Hoy eso es una entelequia. Ahora, cualquier grupete de robaperas, con capacidad para promover el agit prop en las redes sociales o de sacar a unos cuantos miles de desocupados a la calle, es capaz de negar esa legitimidad y postularse para mandar, si tiene la atención de ciertos medios de comunicación y el respaldo de unas minorías ruidosas.

La España que les estamos dejando a nuestros nietos es un clon europeo de la Venezuela de Chavez y Maduro. Un sitio donde se apela a las leyes, pero no se cumplen, donde los jueces están contaminados y condicionados por la política, donde finalmente son los delincuentes, los déspotas sin escrúpulos y los violentos los que imponen su autoridad a unas mayorías pasivas que no saben cómo defenderse. Y son los tibios, los liberales en el peor sentido de la palabra, los que acostumbran a templar gaitas y a contemporizar con todo, los que dejan que fluya el odio por los campos de la vida pública, contaminándolo todo, y llevándonos al precipicio. Son esos tibios los que están arruinando a España.

Tabarnia, esa coña marinera que nació para poner a los golpistas ante el espejo de su demencia, parece hoy la única respuesta civil a unos mandarines separatistas que han secuestrado la voluntad de dos millones de despistados, haciendo de ese secuestro una especie de "mandato popular" contra el que parece que nada cabe, ni la ley, ni la Carta Magna, ni los más altos tribunales, ni un Gobierno de tibios, ni por supuesto tampoco la opinión mayoritaria de los españoles. Son esos cuatro majaras de diván y sus miles de esclavos morales los que tienen la sartén de España por el mango. Y lo que nos propone el poder ejecutivo es una serena y pacífica resignación. Una resignación exquisitamente demócrata.

Este programa ha sido en 2017 uno de los pocos altavoces libres del honorable pueblo español que no se resigna a esta tomadura de pelo colectiva. Una trinchera de patriotas que no necesita de ninguna violencia para hacer sonar la voz libre de los españoles de bien, que estamos dispuestos a no claudicar y a seguir levantando nuestra bandera roja y gualda, y el orgullo de ser hijos de la nación más grande que vio la Tierra. Pierdan toda esperanza los políticos mediocres que el Destino nos ha deparado para esta hora. Los oyentes de Sencillamente Radio no van a claudicar. Y si Dios quiere y nuestro patrocinador y anunciantes nos lo permiten, aquí seguiremos también en 2018 defendiendo España y a los españoles.
 

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