The Blind Side (un sueño posible), la película católica del año
Victor Alvarado
Los cineastas estadounidenses han demostrado su talento, realizando largometrajes deportivos de primera línea y con un fondo dramático interesante. Podemos recordar algunos títulos como los clásicos: Marcado por el odio (1956) y El orgullo de los Yankis (1942) juntos con otros más actuales como Carros de fuego (1981), Invictus (2009) o Hoosiers: más que ídolos (1986)
El director John Lee Hancock nos ofrece una cinta de cierta intensidad dramática con aspectos positivos que merecen nuestro comentario. Desde luego, el realizador deja meridianamente claro que su personaje principal se rige por los principios del humanismo cristiano por lo que las decisiones que toma, pasan por el tamiz de la fe. Hancock narra las aventuras y desventuras de un gigantesco chico afro-americano, proveniente de los barrios marginales de una población de los Estados Unidos, que consigue entrar en un colegio católico por sus habilidades deportivas. Este chico será acogido por una mujer cristiana, que siente compasión por él, acogiéndolo como si fuera su auténtico hijo. Esta último hecho recuerda a Up(2009).
La interpretación de Sandra Bullock nos parece digna de ser tenida en cuenta, dado el esfuerzo que supone cambiar del registro cómico, al que nos tiene acostumbrado, por otro más dramático que le supuso el ansiado Óscar. Sin embargo, aunque nos cae magníficamente, consideramos que tiene que mejorar esa faceta porque su actuación se queda en un notable alto. Por otra parte, nos parece simpatiquísimo el actor que interpreta al hijo menor de la protagonista.
Entre la luces de esta obra del celuloide destacan la bondad y la inocencia de un personaje como el actor Quinton Aaron que, a pesar de provenir de ambientes deprimidos, posee un instinto de protección sorprendentemente positivo. También, nos habla de la superación personal en una historia basada en hechos reales.
Además, el realizador nos muestra el modo en el que se conmueve el alma de la Señora Tuohy al comprender la dramática situación personal de Michael Oher (Quinton Aaron), que supondrá que la citada mujer ponga en práctica la caridad cristiana.
Hay una escena muy significativa, donde un grupo de amigas le cuestionan su modo de actuar en la vida, costándoles mucho entender sus planteamientos y los profundos ideales que rigen su vida.