Timor Oriental, la perla lusa de Asia
Sin embargo, la revolución de los claveles en Portugal supuso el fin del imperio de ultramar portugués y el 28 de septiembre de 1975 obtenía la independencia de manos del FRETILIN, el grupo guerrillero marxista que había luchado contra el dominio luso de la isla. Sin embargo, al mes siguiente la Indonesia del general Suharto se anexionaba la isla con la complacencia de las potencias occidentales. Suharto había eliminado al Partido Comunista Indonesio y la caída de Vietnam del sur ante los comunistas convertía al enorme país en un baluarte del anticomunismo. No obstante, los indonesios consiguieron formar el APODETI, un grupo favorable a la anexión que tomaba su base social de los minoritarios musulmanes del lugar (un 3% de la población). En contra estarán los independentistas del FRETILIN y la Unión Democrática de Timor, que había reunido a los timoreses favorables a mantener algún tipo de unión con Portugal.
La anexión de la parte oriental no fue pacífica, la guerra de guerrillas se mantuvo durante toda la ocupación indonesia y el líder del FRETILIN, Nicolás das Reis Lobato murió en 1978 en un enfrentamiento con el ejército. En 1988 los dos grupos timoreses FRETILIN y UDT se unían en la Convergencia Nacionalista para obtener un respaldo mayoritario de la población timorense. La ocupación indonesia será implacable con los cristianos y 200 mil de los habitantes de la parte oriental han muerto durante el dominio ocupante de Suharto. En 1992, Xanana Gusmao, el líder militar de la Convergencia Nacionalista caía prisionero de las tropas indonesias y se convertía en uno de los presos políticos con mayor carisma personal entre la población timoresa oriental.
Sin embargo, el hecho que catapultó a Timor oriental ante la opinión pública internacional fue la concesión en 1996 del Premio Nobel de la Paz al líder independentista José Ramón Horta y al obispo de Dili, capital de Timor oriental, Carlos Felipe Ximénez Belo. Quiénes expresaron las matanzas ocasionadas en la isla y la persecución creciente que sufría la población mayoritariamente católica de la parte oriental en el proceso de intensa islamización del gobierno indonesio. La caída del régimen corrupto indonesio y la presión de las Naciones Unidas favoreció un cambio de actitud con respecto a la isla y la posibilidad de un referéndum de autodeterminación en 1999, que fue favorable. No obstante, el abandono indonesio fue violento con horribles matanzas, deportación de 200 mil habitantes al lado occidental y el asesinato de tres sacerdotes y dos monjas por las milicias islámicas.
El 17 de abril de este año, Xanana Gusmao, líder del Fretilin, y recién salido de las cárceles indonesias obtenía un 82´69 % de apoyo popular. El nuevo presidente obtenía un respaldo total de la población y la confianza en la reconstrucción del país. El estado naciente de Timor oriental no olvidó su relación con Portugal, defensora desde hace tantos años de su causa ante las instituciones internacionales y Madre del nuevo país. Sin embargo, la viabilidad económica del nuevo país depende del tratado firmado de explotación del petróleo y gas natural existente en la isla, con las empresas australianas. Ahora las empresas australianas mantendrán su monopolio de explotación económico con las nuevas autoridades políticas timoresas orientales. Que los beneficios de la explotación redunden en beneficio de la sociedad vendrá determinado de la moralidad de la nueva clase política del país. En el 2006 un motín militar obligó a una intervención militar internacional que restituyó el orden en el pequeño país.
La garantía de que la sociedad timoresa tenía una voz clara y fuerte ante las autoridades, fue la presencia de monseñor Carlos Felipe Ximénez Belo, obispo de Dili. El Primado de la Iglesia timoresa y pastor de una comunidad católica que reúne a 720 mil creyentes de los 800 mil habitantes del nuevo Estado fue la voz de la rebeldía ante la islamización forzosa indonesia, y hasta el 2004 fue la autoridad moral de una clase política salida de la guerrilla de la selva y asociada al entramado empresarial australiano. Monseñor Ximénez Belo decidió iniciar una nueva vida como misionero en Mozambique.
El nuevo Estado tiene dos líneas identitarias claras, que son su catolicidad y su vinculación con Portugal. Timor oriental pasa a ser, junto a su hermana mayor Filipinas, los dos países malayos con una clara mayoría de población católica y los únicos representantes de la comunidad ibérica en el continente asiático. Su catolicidad los convierte en portaviones de la nueva evangelización del continente y su vinculación con el mundo europeo a través de los dos países hermanos ibéricos, en interlocutores privilegiados ante Europa e Iberoamérica.
La comunidad de intereses entre los países ibéricomalayos es segura, el buen rumbo de sus derivas políticas depende de sus dirigentes y dependencia política y económica de los países anglosajones. La madurez de resistencia dada por su identidad nacional, vinculada con el catolicismo, ante años de islamización, da un futuro de esperanza al pequeño Estado. Diminuto en geografía, pero gigante en talla martirial, Timor Oriental puede decir mucho en el futuro, si sabe administrar inteligentemente los recursos energéticos descubiertos en el estrecho de Timor.