TITULITIS AGUDA
Rafael Nieto, director de Sencillamente Radio, en Radio Inter. Después de que la semana pasada diera la impresión de que solamente Cristina Cifuentes había aceptado un trato de favor para que pareciera que tiene un máster que jamás cursó, hemos ido descubriendo otros casos iguales o peores, de gente de distintos partidos, parece que también con afición por los títulos de todo a cien.
En Podemos, acaba de dimitir un diputado gallego, Juan José Merlo Lorenzo, que engordó su curriculum diciendo que era ingeniero, y lo más grande que ha construido es la caseta de su perro. Ahora dice que siente vergüenza y bochorno de su comportamiento, después de que un periódico haya destapado la noticia. Pero durante meses y meses, ha estado disfrutando de su escaño, cobrando del erario público, y lo que es peor, dando lecciones de democracia a los demás, diciendo cómo deben ser los demás, criticando las corruptelas, enchufes y másteres de los demás, viendo la paja en el ojo ajeno sin darse cuenta de la viga que tenía en el suyo. Y nunca mejor dicho lo de viga en un sedicente ingeniero.
También en la izquierda, el Franco malo, José Manuel Franco, el del PSOE, que para más INRI fue el que impulsó la moción de censura contra Cristina Cifuentes en la Asamblea de Madrid, ha tenido también que salir a la palestra para confirmar que, efectivamente, no es licenciado en Matemáticas como decía su currículum de la página del Parlamento regional. Ha dado clases de Matemáticas, igual que un primo mío que vive en Algete, pero la licenciatura, ni la tiene, ni la ha tenido, ni siquiera la empezó. Ha falseado su CV. Y éste es el secretario general de los socialistas madrileños, y el que, insisto, pretendía dar lecciones de transparencia y dignidad al Partido Popular, registrando la moción de censura contra Cifuentes.
Casi ya lo de menos sea que Pablo Casado, secretario de Comunicación del PP, haya cursado un posgrado en Harvard desde Aravaca. Se lo sacó en tres días. Y no sólo eso: en un solo verano, de junio a agosto, consiguió tres posgrados a la vez, dos en Harvard y uno en Georgetown. Un chico listo, desde luego. También en Ciudadanos tienen lo suyo: María Dolores Jiménez, alto cargo de Murcia, falseó su CV y se inventó un máster que tampoco tenía. Le dijo la sartén al cazo...
Hubo un tiempo en España en el que no era necesario falsear el CV, como no había necesidad de falsear nada. Las cosas eran lo que parecían, y cuando se llegaba a la política no era para aparentar, ni para medrar, ni para acumular bienes u honores, sino para servir a España y a los españoles. Se hacían los estudios, cada uno los que podía, después se trabajaba en la empresa privada, y la llegada a la política era la desembocadura natural de una vida plena, donde la madurez se transformaba en la experiencia y el criterio que tan importantes son para el servicio público.
Hoy, unos chiquilicuates sin oficio ni beneficio a los que jamás les sonó el despertador antes de las ocho de la mañana, hacen su carrera profesional dentro de los partidos. Adorando al líder todopoderoso y dando entrevistas a periodistas especialistas en el masaje a cuatro manos. Los periodistas del Sistema. Y así se pasan los años, entre campaña y campaña electoral, perdiendo el tiempo en comisiones inútiles, plenos vergonzantes y otras inutilidades varias. Cuando quieren darse cuenta, se ven con canas en la cabeza y piensan que igual se les ha pasado el arroz. Y, claro, tienen que falsear el CV para que parezca que son algo.
Tan inútiles son los titulitos de todo a cien como revelador que estén saliendo estos casos de fraude en la política. Porque para servir correctamente a los ciudadanos, lo que importa es la integridad personal y la altura moral; si además se ha leído uno algún libro, miel sobre hojuelas. Pero a esta generación de políticos españoles lo que les importa es otra cosa. Agarrarse con uñas y dientes al cargo público, y a vivir de la inagotable ubre del Estado, que es para lo que hicieron carrera.