Javier Paredes. El protagonista de hoy no es una persona, sino una ciudad: Pamplona, la capital Navarra de la que tantos estaban pendientes el 31 de octubre  de 1813, por la capitulación del general francés Cassan, ya que eso significaba el principio del fin de la Guerra de la Independencia y el triunfo de los españoles sobre las tropas napoleónicas.

 Dos meses antes se había producido la importante victoria de San Marcial en Irún, que supuso la caída de San Sebastián en manos españolas. Quedaba por tanto aislada Pamplona, donde se refugiaba un importante contingente militar al mando de Cassan. Hacía meses que se les había puesto sitio y ante la escasez da alimentos, capitularon el día 31 de octubre de 1813.

 Nuestra Guerra de la Independencia tiene mejor fama de la que se merece, de hecho debido a la descoordinación y falta de planteamientos estratégicos la Guerra de la Independencia la perdimos muchas veces, pero tantas veces como la perdimos “no nos dio la gana perderla”. Por eso se equivocan quienes en la actualidad piensan que desde el poder tienen dominado al pueblo español. Cierto que la corrupción de los gobiernos del PSOE y del PP nos han derrotado muchas veces, pero no deberían dormirse en sus prebendas y corrupciones los caciques de la política española, no vaya a ser que el pueblo español como tantas veces ha hecho en la Historia se despierte para gritar que ya no le da la gana aguantar un minuto más de postración.