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Diario YA


 

A Donald Trump lo caricaturizaron desde el principio, porque sabían que si su mensaje calaba en la población, su castillo de naipes y de mentiras se les podía venir abajo

Trump contra todos

Rafael Nieto, director de Sencillamente Radio, en Radio Inter. A veces resulta que el destino hace una pirueta, y cuando todos pensábamos que esto de la democracia era una filfa, y que los resultados de las elecciones están medio amañados para que el Sistema y el Nuevo Orden Mundial se perpetúen, resulta que no, que la gente vota y las urnas alumbran nuevas realidades que lo ponen todo patas arriba. Casi nadie pensaba que el multimillonario Donald Trump podía imponerse a la diva del mundialismo, la demócrata Hillary, por la misma razón que nos parece imposible que el Frente Nacional mande en Francia o que en España surja un partido patriota medio serio. Pero, al menos en Estados Unidos, ha ocurrido lo que nadie creía.

Una de las artimañas que suele usar la dictadura progre para impedir que sus adversarios lleguen al poder es hacer caricatura de ellos sin dejarles ocasión de que hablen. Lo vemos continuamente en España, donde algunos presentadores de TV son especialistas en la materia, no hace falta dar nombres. A Donald Trump lo caricaturizaron desde el principio, porque sabían que si su mensaje calaba en la población, su castillo de naipes y de mentiras se les podía venir abajo, como así ha sido. Así que lo presentaron como un machista retrógrado, racista, homófobo, fascista y no sé cuántas desgracias más. Había que conseguir a toda costa que su palabra no llegase.

Pero su mensaje caló. Y empezó a hablar de la patria común de los norteamericanos, y que había que ser más grandes y más fuertes. Y que a los asesinos terroristas hay que fulminarlos, y que los inmigrantes que quieran estar en Norteamérica tendrán que llegar legalmente y con contrato. Y que no se va a financiar con dinero público el exterminio de niños a través del aborto. Y que los católicos tendrán su espacio en la vida pública de Estados Unidos. Y ese bocazas fanfarrón y machista, un ignorante estúpido que no servía para nada, ha conseguido el voto de los latinos inmigrantes y de la mayoría de las mujeres, ya ha conseguido una de las mayores victorias del Partido Republicano en la reciente historia de su país.

Primero fueron las victorias electorales de los partidos patriotas en países como Hungría o Polonia. Después, el triunfo del UKIP en el Reino Unido con el Brexit, una patada en la boca de los jerarcas de la Unión Europea. Hace unas semanas, el referéndum tramposo de Juan Manuel Santos en Colombia que pretendía convertir a los terroristas en gobernantes; también les ha salido rana. Y ahora, doña Hillary, esposa de Clinton, la enviada especial del Nuevo Orden Mundial, el Club Bilderberg y la masonería a Estados Unidos, que se queda con la miel en los labios y un palmo de narices. El mundialismo está que trina.

Y es que solía decir mi abuela que "las mentiras tienen las patas muy cortas". La izquierda mundial se alimenta de mentiras. Mienten al pretender que la ley natural y la moral objetiva dejen de existir gracias a leyes inicuas y aberrantes. Mienten al manipular de forma obscena los libros de Historia para acomodar los hechos pasados a sus intereses. Mienten al presentar a sus adversarios, hombres y mujeres tan dignos como puedan serlo ellos, como si fueran una partida de asesinos o de bandidos. Mienten porque la verdad les destroza el chiringuito y deja su ideología como lo que es: un camelo para cortitos de mente.

Por eso, porque las mentiras tienen las patas muy cortas, a veces ocurren cosas como lo que acaba de suceder en Norteamérica. Y ahora anda la izquierda americana organizando manifestaciones violentas, con agresiones a la policía, para protestar por el resultado electoral. ¿Pero no les gusta tanto la democracia?, ¿es que sólo aceptan los resultados electorales que les beneficia a ellos? Son iguales allí y aquí, en Estados Unidos y en Europa, y por supuesto también en España. Sin la mentira no son nada. Parece que algunos pueblos se están empezando a dar cuenta. ¿Para cuándo abrirá los ojos el pueblo español?

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