Umbral: 10 años sin Mortal y Rosa
Fidel García Martínez Catedrático Lengua Literatura. Primer Premio “María Zambrano”
Hace 10 años maría Francisco Umbral, el 28 de agosto, festividad de San Agustín el gran pensador católico que luchó hasta la extenuación para conocer la Verdad de Dios, de la que dijo: “Oh Verdad siempre antigua y siempre nueva que tarde te conocí”. Sus Confesiones han sido uno de los libros más leído y que más ha influido en la literatura de Occidente.
Francisco Umbral plasmó en su obra más celebrada Mortal y Rosa, una autobiografía lírica-literaria, una especie de memoria sin tiempo y simultánea. Diario íntimo nacido de y en la enfermedad y muerte de su hijo, que sería su referencia obligado por la ironía, el sarcasmo y la ternura. Testamento prematuro de un hombre, quien bajo el disfraz ácido estaba dotado de una sensibilidad casi enfermiza. En su columna famosa y titulada Diario de un snob, Umbral tomaba el pulso a todos los acontecimientos de España, enfocados desde una perspectiva casi ilusoria y visionaria.
Todo lo que tocaba lo convertía en Literatura con mayúscula. Lo que queda de Umbral 10 años después, es una pervivencia por medio de la escritura. Porque para Umbral todo: el mundo, el hombre, el placer, la pena, el dolor, la intimidad lírica no existen para ser analizada sin compromiso, con la lógica aplastante de la abstracción, sino para ser estilizadas estéticamente.
Lo mejor que se ha dicho sobre Umbral, lo ha dicho el mismo: “He vivido el mundo intensamente, pero literariamente”. Aunque Paco Umbral pretendía el placer de desaparecer y ausentarse, no lo ha logrado. Diez años después está presente, aun cuando el olvido progre y postmoderno de lo políticamente correcto intenta en vano sepultarlo en el esquema literario del tardofranquismo del César visionario.