Con la llegada de las vacaciones escolares de verano, muchas familias se encuentran con el problema de cómo atender correctamente a los hijos para que su educación no se vea mermada por la falta de clases escolares. El profesor de Psicología de la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona y presidente de Profesionales por la Ética en Catalunya, Ramon Novella, señala que “a veces, corremos el riesgo de tomarnos unas vacaciones en la educación de nuestros hijos, ya que como se ha acabado el colegio se entra en un período desconcertante”. En este sentido, recuerda que “es verdad que es un tiempo de descanso y de cambio de actividad pero no debe ser un paréntesis en la educación de nuestros hijos. Todo lo contrario, es tiempo para aprovechar todo aquello que durante el curso escolar no podemos realizar por diversas ocupaciones”.

Ramón Novella indica que las vacaciones de verano son “un tiempo adecuado para descansar” y para cambiar de Un experto recomienda aprovechar el verano para afianzar actividad, y resalta la necesidad de que los hijos desempeñen “una actividad diferente a la de las obligaciones escolares”. Novella señala una serie de consejos para aprovechar el verano como un momento idóneo para “relacionarnos y educar a nuestros hijos”.

Recomienda el profesor de la UAO CEU el atender “determinadas preocupaciones de nuestros hijos” que en otras ocasiones, por falta de tiempo, tenemos que dejar de lado. Se trata de “reafirmar los vínculos afectivos con nuestra familia”. También aconseja continuar con los hábitos. “Sería un error olvidarnos de ellos. Durante el curso escolar las rutinas facilitan su creación pero el período de vacaciones nos puede ayudar a crear unos hábitos en un entorno menos exigente que luego faciliten al niño asumirlos y consolidarlos en otros momentos”, indica. Además, “hay que establecer relaciones de confianza. Un buen clima facilita la obediencia. La obediencia facilitará la voluntad y el esfuerzo que luego podrán aplicar a otras actividades”.

La alegría y el buen humor es otro elemento indispensable, ya que “esta actitud facilita la expresión de sentimientos tan importante para los hijos”. Es importante también evitar ambientes nocivos para el niño, y sobre todo durante el verano. “Un mal ambiente en verano puede acarrear graves consecuencias, en cambio un buen ambiente favorece la educación integral de nuestros hijos”. Para ello es fundamental conocer a los nuevos amigos de nuestros hijos, ya que “estas relaciones de verano pueden favorecer o perjudicar seriamente a nuestros hijos. Hay que vigilar y estar atentos especialmente a partir de la etapa de la adolescencia”.

Los padres tienen la obligación de conocer en profundidad a sus hijos, y por ellos deben aprovechar las vacaciones de verano para entablar un diálogo con sus hijos. “La buena comunicación facilita transmitir nuestros valores, pautas y criterios a nuestros hijos”, señala Ramón Novella. Este diálogo también tiene que producirse entre los padres, pues “un buen diálogo entre los padres ayuda a tener un proyecto común para nuestros hijos. Los padres deben ponerse de acuerdo en los valores que quieren transmitir y no mostrar desacuerdo ante los hijos”.

Por otro lado, aunque en verano los hijos no desarrollen una actividad escolar, no deben abandonar por completo su formación académica. “Es bueno que los niños durante este período lean libros, escriban o jueguen con las matemáticas. Una inactividad académica tan larga puede provocar un septiembre más dificultoso. Sí que es verdad que no debemos agobiar a nuestros hijos con muchos deberes y trabajos, pero en esta época disponemos de mucho tiempo y facilidad para organizarnos un ratito al día de trabajo escolar”.

Por último, el profesor Novella destaca la importancia de “que amemos a nuestros hijos. La autoestima y estabilidad emocional de cualquier niño nace de sentirse querido por sus padres y en esto los padres son los mejores especialistas. La base de la educación es el Amor”.