Principal

Diario YA


 

Un lehendakari en el banquillo

Abel Hernández. 8 de enero. El lehendakari  Ibarretxe se sienta hoy, si se cumplen las previsiones, en el banquillo de los acusados, lo que no deja de ser  una noticia llamativa, una anomalía. Le acusan de desobediencia a la sentencia del Tribunal Supremo manteniendo diálogo oficial durante la tregua de ETA con el brazo político de la organización terrorista, que había quedado formalmente ilegalizado. La acusación, que también afecta al candidato socialista a lehendakari, interpreta que estas conversaciones o negociaciones supusieron un reconocimiento público y una  forma de dar viabilidad política a una fuerza ilegal.
 
Desde entonces los tiempos han cambiado y ETA ha arremetido, incluso violentamente, contra el entorno del PNV, y hay unas elecciones a la vista. Este proceso quedará probablemente en nada; pero los nacionalistas vascos aprovecharán la circunstancia para ostentar su victimismo respecto al poder central y a la Justicia e intentar incrementar la clientela y los votos.  También espera sacar provecho de esta anómala situación el candidato socialista, Patxi López, dejando al PP como el malo de la película. Se pretende que la derecha española se convierta en una fuerza marginal, si bien todo indica que, a pesar de la irrupción de Rosa Díaz, los populares mantendrán su  presencia en el Parlamento vasco y pueden convertirse en marzo en la verdadera fuerza decisiva del cambio. El argumento de los populares es que da prácticamente lo mismo votar al PNV o al Partido Socialista porque lo más seguro es que no sólo compartan ahora el banquillo de los acusados, sino que también se disponen a compartir el Gobierno en Vitoria. Como indicio significativo argumentan que los nacionalistas vascos han sido, por lo pronto, los socios de Zapatero para salvar los presupuestos. 
 
Desde el PSOE tratan de difundir la imagen de un Partido Popular que vuelve a la línea dura, por el hecho de que  Aznar se haya llevado a FAES a María San Gil y, sobre todo, porque el candidato para las elecciones europeas vuelva a ser  el vasco y ex ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, un democristiano procedente de UCD y que es a todas luces un centrista, uno de los políticos españoles con  verdaderas convicciones y un ejemplo de moderación, que no echa mano de los insultos o descalificaciones. Su única dureza ha sido contra el terrorismo de ETA y su soporte independentista.  Su delito es que no se fía de Ibarretxe y compañía y que aborrece el nacionalismo étnico. Habrá que esperar al resultado de las elecciones europeas, donde tiene posibilidades de ganar,  para comprobar su recorrido político y el de Mariano Rajoy, al que siguen maltratando las encuestas.
 
Me temo que el juicio contra el lehendakari  sea el primer mitin gratis y resonante del PNV y de su futuro socio,  el Partido Socialista de Euskadi. Y, sin embargo, convendría tener en cuenta lo que Gorbachov le oyó al canciller alemán Willy Brandt: “Permitir una injusticia es abrir el camino a todas las demás”.

 

Etiquetas:abel hernández