Un relativismo llevado al extremo
Jesús D Mez Madrid
Hace unos días Mayor Oreja describió las cualidades propias de un político católico que, a su juicio, son la honradez, la lealtad y la fortaleza; la honradez, al servicio de los demás y consigo mismo, la lealtad y firmeza en sus convicciones y, por último, la fortaleza en mantener su coherencia en sus actuaciones.
Y es que el relativismo en el proyecto de Zapatero es una exageración, la misma crisis que existe en otros países europeos, pero aquí se ha llevado al extremo, tal vez la alteración zapateril de una gran frase evangélica muestra toda su crudeza, decir que “la libertad os hará verdaderos” es decir que no existe ninguna verdad. La premisa que sustenta la izquierda está basada en que para poder ser libre, no hay que creer en nada, (relativismo absoluto, quien cree en algo no puede ser objetivo ni demócrata). De ahí, se justifica la crisis de valores existente en nuestra sociedad, extendida también en toda Europa, que nos ha llevado a la crisis financiera que vivimos.
¿Qué debemos hacer? ¿Qué es lo que no estamos haciendo los creyentes ante la perversidad de un proyecto global de Rodríguez Zapatero?, podemos interpelarnos. El eurodiputado citado al inicio propuso establecer unas líneas de actuación: “una primera obligación es atrevernos a buscar y a decir la Verdad, porque la Nada se fundamente en la Mentira”.