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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

La otra crisis

Una generosidad de pacotilla

Jesús Asensi Vendrell.  Algunos piensan que en esta época de crisis necesitamos nuevos héroes que remuevan nuestras conciencias y nos hagan ver que otra sociedad es posible. Quizá por eso las películas de superhombres inundan las pantallas de nuestros cines. Quizá por eso ha aparecido en nuestro país la figura de Robin Hood, reencarnada en un diputado de IU, y sus secuaces para asaltar un Mercadona y un Carrefour, “expropiar” alimentos de primera necesidad y repartirlos entre los pobres.

Es muy fácil ser generoso con los bienes de los demás, repartir subvenciones, o alimentos, sin que mis cuentas corrientes queden perjudicadas. Es muy cómodo echar la culpa a los demás, no calentarse la cabeza, olvidar que el fin jamás justifica los medios y que el uso de la violencia nos hace perder toda la razón que uno pudiera tener.
 
El señor Sánchez Gordillo y sus camaradas del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) podrían tomar buena nota y seguir el ejemplo del consistorio de Gerona. Está claro que esto supone entablar conversaciones tensas, ceder algo en las pretensiones primeras, no contentar del todo al pueblo llano y demás.
 
Poner candados en los contenedores cercanos a los supermercados podría considerarse como una desatención para con las personas más necesitadas, una condena a muerte de todos aquellos que noche tras noche se abastecen de los alimentos caducados que allí se depositan. Si Robin de los Bosques, alias Sánchez Gordillo, viviera en Gerona, a buen seguro que pondría el grito en el cielo y asaltaría sin contemplaciones a esos supermercados inhumanos. Pero resulta que estos centros comerciales han llegado a un acuerdo con un banco de alimentos y allí irán a parar los alimentos que estén a punto de caducar, aptos todavía para el consumo. Las personas que pasan necesidad ya no tendrán que buscar dentro de los contenedores y a buen seguro que su dignidad, y también la de todos nosotros, se verá reforzada.
 
Es muy fácil ser generoso con los bienes de los demás, pero mucho menos gratificante que negociar y buscar soluciones que no atenten contra nada ni contra nadie. Dios quiera que los asaltos “justicieros” no se vuelvan a repetir y que todos los ayuntamientos sigan el buen ejemplo del consistorio de Gerona.
Jesús Asensi Vendrell
Profesor Universidad (Dpto. de Ciencias de la Educación)