Fue una plata digna pero por algunos minutos pudo ser oro. Pudo pero no fue, o no se permitió porque el arbitraje, sin ser totalmente decisivo sí fue importante. El trío de jueces obvió violaciones de reglamento claras en los norteamericanos y permitió una fuerte defensa del equipo de Krezewski. Sabíamos que jugar con EEUU tenía esto. Pero también se plantea una duda. Si se juega con unas reglas, son las mismas para todos, pero no pareció ser así. Los jugadores rivales ayer pudieron hacer fácilmente doce o trece pasos de salida sin ser señalados ninguno. Ahí está el dato. Las imágenes no mienten.
Hecho este matiz también hay que poner las cosas en su sitio. Es una plata más que digna porque España le planteó un partido soberbio a los norteamericanos. Hay que sumar al tema arbitral, el fallo de nuestros tiradores en momentos clave y las pérdidas de balón, casi inevitables en un enfrentamiento contra este grupo de atletas. Fue una pena porque en el último cuarto la selección estuvo a dos puntos y a seis minutos estaba a cinco. Sólo por esos detalles (fallo de Jiménez en un triple, pérdida de Ricky y dos triples permitidos a los rivales) se perdió el partido.
Fue un encuentro que no se pareció (no debía hacerlo) al partido de la primera fase. Si eso hubiera pasado estaríamos ya en el primer cuarto fuera de toda opción. Y no fue así. España tiene ventajas de hasta cinco puntos (22-17), pero EEUU cabreado es muy serio. Un 0-9 de parcial les puso por delante pero hasta el final de un caótico, pero a la vez espectacular primer cuarto, España mantuvo el tipo (31-38).
Parecía que se acababa el partido en el segundo cuarto (46-59), pero no. Ayer España hizo madrugar a todos sus paisanos para algo. Y ese algo no podía ser una derrota de 20 o 30 puntos. Dos triples de Rudy pusieron a España a seis (60-66), sólo cortada por un triplazo de Wade (21 puntos en el descanso, 27 al final). A la mitad de encuentro 61-69. Aito decía a los suyos que era posible, pero también pedía clemencia a los árbitros. Las faltas en zona española sí eran; en la contraria, no. Las reglas no parecían las mismas.
Fue en el tercer cuarto cuando España vio algo que podía funcionar. La clásica zona 2-3 de Aito pareció atragantarse un poco a los rivales. La selección apuesta por la defensa en este cuarto y encaja “sólo” 22 puntos, y durante el cuarto se coloca a cuatro puntos (71-75). Sólo la fortaleza americana les permite llegar nueve arriba al final del cuarto (82-91), pero quedaba partido. En ese momento del match ya se vislumbraba que ayer, por fin, se conjuraron juntos Rudy, Pau y Navarro para dar guerra. Hacía tiempo que esto no pasaba, Ayer los tres 61 puntos (22 del primero, 21 del segundo y 18 de la Bomba). Pero además ayer, por primera vez en el torneo, otros tres jugadores (Jiménez, 14, Marc 11, y Felipe 10) por encima de la decena de puntos.
En el último cuarto España levanta a todo el pabellón de sus asientos con el 7-0 de salida. Canastas de Navarro, Pau y triple de Rudy para un conmovedor 89-91. Era un sueño. Los americanos entran en la guerra. Contestan con 0-7 (89-98), vuelve a dar batalla España (94-100), se acerca hasta dar miedo con triple de Jiménez (104-108) y se muere con una canasta de Kobe Bryant más adicional, al límite de la posesión (104-112). Adios al sueño, pero sirviendo una despedida dignísima. Al final 107-118. La victoria más dura de EEUU. Algo es algo.
Conclusiones olímpicas que nos dan la certeza de un grupo fantástico, ya el mejor de todos los tiempos. Oro y dos platas en tres campeonatos consecutivos. Muy cerca de los americanos el día en el que ellos iban a maravillar al mundo con una victoria de época. Fue la mejor final olímpica, pero el oro que más les ha costado ganar a los yankees. Fue sólo un partido de basket, pero por momentos se planteó como una batalla. Dura, pero noble. Los americanos, mejores en momentos clave, pero muy cercanos a España.
Sólo matices dieron al traste con la opción dorada. Qué lástima que esos matices fueran, en su mayoría, arbitrales. Y que lástima que fueran en jugadas donde dos de los tres colegiados (Brazauskas y Yungebrand, europeos ambos) estén acostumbrados a pitar todo lo contrario que ayer. Una verdadera lástima.