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Diario YA


 

de película

Unos Oscar “políticamente correctos”

José María Caparrós

La ceremonia de los Oscar de Hollywood ha sido el evento más esperado del pasado fin de semana. El glamur ha centrado la atención de todos los mass-media del mundo, así como los modelos que exhibían las estrellas de la Meca del Cine.

El reparto de estatuillas doradas ha sido, como casi todos los años, el previsto: premios para todos los gustos. Pero, en la 86 edición, los académicos de Hollywood han optado por lo “políticamente correcto”, que es lo que está de moda.

De ahí que los principales Oscar hayan recaído en Gravity y 12 años de esclavitud. El film del mexicano Alfonso Cuarón ha superado en premios a la película del británico Steve McQueen: 7 a 3. Es el triunfo del 3D sobre el biopic histórico. Mientras la obra alternativa de Alexander Payne (Nebraska) ha quedado en el olvido, al igual que las ambiciosas producciones de Martin Scorsese (El lobo del Wall Street) y David O. Russell (La gran estafa americana), que se han ido de vacío.

Aun así, estos últimos filmes reflejan la crisis moral y económica actual, al igual que Blue Jasmine, de Woody Allen, que ha sido galardonado con el Oscar a la Mejor actriz. Cate Blanchett ha conseguido por esta gran interpretación su segunda estatuilla, y Sandra Bullock no ha logrado su doblete por Gravity.

Por último, la Mejor película de habla no inglesa fue para la ya galardonada La gran belleza, de Paolo Sorrentino. Y el cine español ha estado presente con el cortometraje de Esteban Crespo, Aquel no era yo, sobre los niños-soldado utilizados en conflictos armados de 21 países del mundo. Pero el Oscar ha ido para un corto acerca del Holocausto, que es más “políticamente correcto”.