Vuelve “La taberna fantástica” de Alfonso Sastre
Redacción Madrid. 10 de diciembre.
Gerardo Malla vuelve a dirigir 'La taberna fantástica', de Alfonso Sastre, que regresa a los escenarios, concretamente al Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional (CDN), después de 23 años. El montaje, en cartel desde mañana hasta el 18 de enero, cuenta con un reparto en el que repiten cuatro de los actores de la función original (Carlos Marcet, Félix Fernández, Saturnino García y Francisco Portillo) y que incorpora casi una decena de nuevos protagonistas entre los que figuran Enric Benavent, Paco Casares, Antonio de la Torre, Julián Villagrán, Felipe García Vélez o Celia Bermejo.
Gerardo Vera, director del CDN, señaló hoy que esta obra, escrita por Sastre en 1966 y estrenada por Malla en el teatro del Círculo de Bellas Artes en 1985, "pertenece a la cultura popular española" y se reduce "a personajes profundamente teatrales y muy reconocibles". Vera afirmó que 'La taberna fantástica' es la obra "que mejor resume el pensamiento teatral de su autor", a quien calificó de hombre "íntegro, luchador, complicado, conflictivo y comprometido ideológicamente con el teatro".
Por su parte, Gerardo Malla recordó el devenir de este texto que Sastre guardó en un cajón después de escribir y que en 1982 hizo llegar a Adolfo Marsillach quien, a su vez, se lo pasó al ahora director de escena de la función. Tres años tardó Malla en estrenarla aunque "con notable carencia de medios y con la estrechez propia de aquella época", manifestó.
El responsable de este montaje desmintió que la obra fuese un éxito, como se ha dicho. "Fue muy poca gente" -recordó-. Gracias a la ayuda que aportó el Ministerio de Cultura a través del INAEM la producción saltó al Teatro Martín donde, esta vez sí, obtuvo un claro reconocimiento del público que acudió masivamente a ver la función.
Malla, que dijo haber dispuesto en esta nueva ocasión de "todos los medios" a su alcance, se mostró esperanzado de que "las nuevas generaciones puedan ver un espectáculo del que sus padres disfrutaron, esperando que se produzca el mismo éxito e interés".
En 'La taberna fantástica' el autor invita a entrar en una taberna poblada de fantasmas reales, donde se escucha un lenguaje bronco, en un drama lúgubre. Es, más que una mera ilustración del parentesco estético entre naturalismo y la vanguardia, la exploración de algo nuevo.
ACTORES ESPECIALES
El director de escena dejó claro que, a pesar de contar con un escenario tres veces mayor que el original donde se estrenó y de disponer de todo lo necesario, "la taberna sigue siendo la taberna, humilde, triste y acetilena -como dice Sastre- y no un salón de té". Por ella circulan El Caco, La Vicenta, Rogelio el Hojalatero (que en su día interpretó Rafael Álvarez 'El Brujo'), Luis el Tabernero, Ciriaco, El Carburo, Paco el de la Sangre o El Machuna.
Las dimensiones de la nueva sala sí le han permitido a Malla dar al "entorno" (situado donde hoy está la M-30 de Madrid y que entonces era el famoso Arroyo Abroñigal) el protagonismo que antes no pudo tener y que ahora "cobra mucha importancia". En este montaje la taberna es "la última, la que está aislada y lo que le rodea es el futuro", explicó Gerardo Malla.
Aparte de este cambio escenográfico, lo que sí ha variado es el reparto. Todos los artistas son, para Malla, "actores especiales", "cada uno tenía dentro de sí su personaje", dijo avanzando que desea que el estreno de mañana sea "un homenaje" a Sastre que tiene "una lúcida salud de hierro", aseguró.
GRAN ESCRITURA
Para el director de escena el "interés" que tiene actualmente esta obra es "su gran escritura" y que da pie a "una trama apasionante y a personajes con gran fuerza". 'La taberna fantástica' es, en su opinión, "un clásico" que se va a "afianzar de manera clara" con estas representaciones.
Asimismo, consideró que al texto "no le sobra nada" a día de hoy y resaltó que la obra "contiene un estudio de una enorme profundidad sobre el lenguaje marginal hecho con valentía y riesgo". Además resaltó el hecho de que Alfonso Sastre sea de los pocos autores que ha dejado escrito "su trabajo teórico".
"Es muy difícil estar mal en esta obra" -apuntó el actor Carlos Marcet- porque tiene una carpintería fantástica, sin fisuras y con una vigencia absoluta. Es como un reloj suizo".