Vuelve el cine mudo
José María Caparrós
No voy a hacer aquí una reseña de la aclamada película francesa THE ARTIST, pues ya la ha publicado en estas páginas el crítico Víctor Alvarado; más bien comentar un fenómeno actual: la vuelta del cine silente.
La verdad es el que el Séptimo Arte nunca fue totalmente mudo. Hasta 1930 -cuando se generalizó el cine parlante-, las películas se “sonorizaban” a piano o con una orquesta. Pero en estos días, ha surgido en nuestras pantallas una serie de títulos que harán las delicias de los espectadores de ayer y hoy.
Aparte de ese nostálgico homenaje al cine mudo que es The Artist, del cineasta galo Michel Hazanavicius, con unos entrañables Jean Dujardin y Bénénice Bejo evocando a las “estrellas” de los años 20, el norteamericano Martin Scorsese estrena en color y 3D La invención de Hugo, donde rinde homenaje al maestro Georges Méliès -que encarna el actor Ben Kingsley-, uno de los grandes pioneros, creador del cine fantástico.
No obstante, ese “revival” también ha llegado a nuestro país: Pablo Berges está preparando una Blancanieves muda, en blanco y negro, cuya acción se trasladará a la España de principios del siglo XX, con Maribel Verdú, Ángela Molina e Inma Cuesta como protagonistas. La Verdú interpreta a la madrastra aristocrática del cuento de los Hermanos Grimm.
Por último, en este regreso al cine mudo, se ha estrenado una película noruega de 1921, La bendición de la tierra, de Gunnar Sommerfeldt, un relato épico -basado en una novela de Knut Hamsun, Premio Nobel de Literatura- sobre la colonización, que remite a los grandes western de Hollywood. Este filme mudo, restaurado, se exhibe con su partitura original.