Yihadismo en España: La izquierda radical no condena el atentado y la izquierda moderada lamenta la “muerte” de la víctima
Luis Losada Pescador
Si la víctima es de primera como las víctimas de la llamada violencia de género, entonces hablamos de ‘asesinato’ e incluso de “terrorismo machista”. Pero si la víctima es de segunda como el sacristán asesinado por el yihadista marroquí en Algeciras, entonces la izquierda radical prefiere guardar silencio. Repugnante. Cómplice.
La izquierda supuestamente moderada del PSOE prefiere lamentar la ‘muerte’ de la víctima. Murió. Sin más. No fue asesinado. Sólo murió.
Y si alguien denuncia el fanatismo religioso como Feijóo, entonces la izquierda se apresura a censurar y le califica de “irresponsable”. Y si alguien apunta al problema de la inmigración ilegal y desvontrolada como Abascal, entonces la izquierda le acusa de “fomentar el odio”.
La realidad es que el asesino tenía una orden de expulsión desde el pasado mes de junio y no se había ejecutada. La triste realidad es que como el asesino de Yassine Kanjaa hay miles en España, segun denuncia la policía. Sólo siete de cada cien inmigrantes ilegales con órdenes de expulsión son efectivamente expulsados.
Es evidente que el sistema no funciona. La burocracia y la desidia matan.
Pero hay más. Resulta que Seguridad Nacional ya había advertido del riesgo; y resulta también que el tal Kanjaa llevaba varios días en estrecha vigilancia por movimientos sospechosos. No se le pudo detener porque sólo había indicios, no pruebas. Un garantismo que no garantiza la vida de los inocentes.
Probablemente la ley es perfectible; muy probablemente los jueces podrían ser más efectistas para garantizar los derechos de las víctimas. Pero lo que es seguro es que el ‘buenismo’ político no ayuda a solucionar el problema.
El discurso de moderación, concordia, convivencia está muy bien. Pero la realidad es que tenemos un caballo de Troya en casa, que el rey de Marruecos todavía no se ha solidarizado con la víctima de su súbdito y que tratar de negar la realidad no ayuda nada a solucionar el problema.
Los musulmanes que quieran vivir entre nosotros son bienvenidos. Los inmigrantes que quieran trabajar entre nosotros son bienvenidos. Pero los que pretendan entrar dando una patada, quienes pretendan vivir de ayudas públicas y bonos sociales rechazando trabajos, quienes roban, matan o violan, quienes trafican con drogas y quienes pretenden islamización con violencia son un cáncer que hay que expulsar con urgencia.
Por la convivencia y la pervivencia de la nación.
O recuperamos la dignidad o nos comerá la indignidad.
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