Redacción Madrid. 10 de Septiembre.

    El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pedido de forma generalizada a los partidos políticos mayor "rigor" a la hora de valorar la crisis por la que pasa la economía, e insiste en que la "causa fundamental" de su estancamiento es la crisis crediticia, que también sufren la mayoría de los países avanzados.

   Durante el turno de réplica a la oposición en el debate que se celebra en el Congreso, Zapatero aseguró comparecer en la Cámara Baja "para transmitir confianza y dar la cara" y acusó en reiteradas ocasiones a las fuerzas políticas de falta de "ponderación", "seriedad" o "coherencia" a la hora situar las principales causas de la crisis en la gestión del Gobierno.

   Zapatero se mostró especialmente duro con el líder del PP, Mariano Rajoy, al que acusó de "desgana" y de "falta de interés" a la vista de su abandono de la sala durante la intervención de los grupos minoritarios. "Ha venido a no escuchar", le espetó.

   Dicho esto le recordó que tanto Alemania, como Italia o Francia han entrado en crecimientos negativos, a lo que añadió: "Si la conclusión es que el estancamiento de España es fruto de la acción del Gobierno, no sé cómo considerará la (gestión) de sus amigos Merkel, Sarkozy y Berlusconi, que forman parte de su familia política. "Su única obsesión es decir que el estancamiento es fruto del Gobierno y eso es absolutamente falso", apostilló Zapatero.

   El presidente del Gobierno insistió en este punto en que la crisis crediticia a nivel internacional que, según dijo, "no se podía valorar ni prever y que sigue viva un año después", ha marcado el inicio del estancamiento de la economía. "Afortunadamente nuestro sistema bancario no ha tenido ningún problema. El sistema aguanta bien, pero con más dificultades", añadió.

MANTENER EL GASTO SOCIAL.

   Tras varios reproches a Rajoy, Zapatero aseguró que el Gobierno afronta la actual situación de "frenazo" apoyando a las familias más vulnerables desde la "austeridad" en el gasto y trabajando conjuntamente con los agentes sociales en el marco del Diálogo Social.

   En su opinión, la propuesta del PP de reducir hasta el 2% el incremento del gasto público en 2009 no sería una idea ni buena ni coherente. En este sentido, defendió que el aumento de este gasto público se sitúe en el 3,5% para el próximo año, una cifra "equilibrada" para poder cumplir con la necesaria "austeridad" y con las políticas sociales. "Lo vamos a hacer de forma coherente", apuntó.

   "Lo que no es coherente es pedir menos gasto y también que el AVE llegue a todas las capitales de España", replicó a la bancada de los 'populares', para añadir que "con un incremento del gasto del 2% habría que paralizar la mitad de las obras del AVE y congelar los salarios de los funcionarios durante cuatro años".

   Así pues, Zapatero defendió que las cuentas públicas tienen "margen" para asumir una nueva subida, del 6%, de las pensiones mínimas, aunque, dijo, para el PP "nunca es un buen momento para subir estas pensiones".

   En el plano fiscal, el presidente del Gobierno criticó que desde el PP se haya considerado populista la deducción de 400 euros para los contribuyentes del IRPF, cuando en su programa político figuraba una reducción de este impuesto. De la misma manera, le reprochó que solicite ahora una rebaja del Impuesto sobre Sociedades cuando "estuvieron 8 años en el Gobierno y no hicieron nada".

RESPUESTAS A LOS PARTIDOS NACIONALISTAS.

   Por otro lado, Zapatero respondió uno por uno al resto de los partidos, empezando por CiU, del que valoró sus propuestas por encima de las demás fuerzas parlamentarias.

   No obstante, mostró su divergencia con los nacionalistas catalanes en la visión de las causas de las crisis y negó que "haya una situación singular española que explique el estancamiento", como sostiene la formación representada por Josep Antoni Durán i Lleida, al que replicó que su aportación al debate fue "puro interés partidista".

   En respuesta al portavoz del PNV, Josu Erkoreka, Zapatero mostró su enfado por que las ayudas sociales del Gobierno sean consideradas "cheques o regalos", mientras que las dispuestas en las comunidades autónomas sean consideradas "políticas sociales".

   La misma crítica la dirigió al portavoz de ERC, Joan Ridao, quien acusó al Gobierno de desarrollar "políticas placebas". "Esto es negativo para la izquierda", le espetó el jefe del Ejecutivo.

   En respuesta al portavoz de ICV, Joan Herrera, Zapatero precisó que "no sería bueno deslazarse" hacia un excesivo déficit y que, por ello, el Gobierno gestionará el actual margen de maniobra "con prudencia".