Luis Alfonso
La falta de proyecto, la improvisación, la debilidad y la confrontación son las principales características visibles de la actual legislatura presidida por un Rodríguez Zapatero que tiene cada vez más problemas y más graves, que afectan a la vida económica, política, judicial y social. Nada queda estable tras los "retoques" que va anunciando el Presidente.
El caos producido por el cierre del espacio aéreo español infringe a la España de Zapatero un mayor descrédito social del que ya estaba produciéndose. Los problemas sociales entran de nuevo en escena porque se anuncian medidas económicas contra diferentes sectores porque no hay un proyecto que las unifique. Algunas medidas anunciadas, como la medida de eliminar la ayuda de 426€ a los parados de larga duración, son desconocidas y privadamente desaprobadas por los propios ministros. Las medidas de un ministerio afectan a otro sin que nadie haya tenido tiempo de evaluar el alcance o haya podido negociar con los agentes afectados por el impacto.
España está económicamente ahogada por una falta absoluta de realismo y la estabilidad económica de los últimos años ha desaparecido porque nadie tiene confianza, ni dentro del Gobierno, ni el resto de partidos, ni la opinión pública, ni las autoridades europeas, nadie.
La lucha por apropiarse del poder judicial a través de la politización del CGPJ, con la enorme problemática de la renovación, estancada desde muchos más meses de los razonables, la marioneta política de Conde Pumpido, las ingerencias en la declaración de constitucionalidad del Estatuto de Cataluña, etc, etc, etc.
Solo se salvan algunos de sus emblemáticos ministros que suben con la presidencia de Zapatero. Trinidad Jimenez va de puesto en puesto tras cada fracaso, Pepiño Blanco va metiendo la cabeza junto a Rubalcaba para tener un mejor posicionamiento en el Gobierno porque el partido ya le parece poco... Todo un caos que está absolutamente fuera de la dirección necesaria para reconducir un país que necesita la mano firme de un líder que dé pasos que generen confianza.
Es cada vez más evidente que el descrédito actual nos puede llevar a la hipoteca de muchos más años de crisis. Es necesario un cambio de rumbo en el que Zapatero deje ser el piloto de un barco a la deriva.