Diario Ya. El anunciado debate entre el ex Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el Cardenal Antonio Cañizares de este jueves, ha contado con una enorme expectación y una gran una afluencia de público que abarrotaba la sala del Palacio de Congresos de Ávila donde ha tenido lugar. Aunque Zapatero se prodiga poco desde que abandonó la Moncloa y ha mantenido en todos estos meses un perfil bajo basado en una discreta vida familiar, ha sido recibido en esta Universidad Católica abulense entre sonoros abucheos. Esi si, ZP ha salido reforzado al debatir con todo un Cardenal venido de Roma. Ahí es nada.
En vista del cariz que ha tomado el encuentro en su inicio, tanto el moderador, Director de La Razón, Francisco Marhuenda, como Monseñor Cañizares, solicitaron al público asistente que cesara en los silbidos y abucheos y que no interrumpiera con aplausos las intervenciones de cada uno. Por su parte, Zapatero ha tratado de salir airoso echando mano de su ironía “Esta es una convocatoria valiente, un acto que será discutido, que generará debate y algunas incomprensiones. Ya ven que no pierdo mi espíritu optimista porque hablo solo de algunas incomprensiones”.
El tema del diálogo ha versado sobre el humanismo del siglo XXI. Se han tratado como temas principales la crisis de valores en la sociedad, el papel de Europa, la juventud y el diálogo interreligioso.
Han sido alrededor de 2.000 espectadores, entre los que se ha echado de menos la presencia de algunos allegados del ex Presidente, así como de personas del nuevo equipo del actual secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, Zapatero ha contado con el apoyo de los exministros José Bono, Miguel Sebastián, José Montilla, Ángel Gabilondo, Beatriz Corredor y el portavoz socialista en el Senado, Marcelino Iglesias. También han estado el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, y algunos dirigentes del partido en Castilla y León.
Por parte del PP, además de militantes de la región, ha destacado la presencia del exministro Ángel Acebes y del expresidente del Senado Juan José Lucas, y el secretario general del grupo parlamentario popular en la Cámara Alta y presidente del PP de Ávila, Antolín Sanz.
Lo cierto es que el Cardenal Cañizares y Zapatero se conocen desde hace bastantes años. Como ha explicado Zapatero, “Unas palabras deseo dedicar a Monseñor Cañizares: le conocía hace algo más de 10 años en Granada. Acudió a una conferencia que yo impartía como líder del PSOE. A partir de ahí hemos ido fraguando una relación con ideas diferentes, pero que ha permitido un diálogo fructífero que ha ido creciendo en el tiempo y ha llegado al afecto. Deseo hoy exponer mis ideas con un espíritu constructivo, pues el diálogo, la palabra es la fuente principal del Humanismo. El Humanismo es el ideal más alto que la civilización ha puesto sobre nosotros. De una u otra manera está presente en todas las culturas, todas las religiones".
Tal vez en parte por ese motivo, el debate no ha tenido la intensidad que cabría esperar dada la clara divergencia ideológica entre los dos contertulios. La conversación ha tenido una confrontación muy escasa. Ha sido un diálogo intenso pero muy respetuoso en todo momento por ambas partes.
Si bien el gobierno de Zapatero estuvo caracterizado por una marcada política laicista que abrió España a la legislación del matrimonio homosexual, la reforma del aborto ampliando su legalidad, el divorcio exprés… nada de esto ha sido objeto de comentario. Tampoco se ha aludido a la financiación de la Iglesia o a las relaciones con el Vaticano.
Sin embargo, Cañizares ha reivindicado el papel público de la Iglesia y su repercusión en la sociedad, frente a aquellos que pretenden circunscribirla al ámbito privado. También ha rechazado el relativismo, y ha defendido una Europa con raíces cristianas y grecolatinas, frente al economicismo o el capitalismo extremo.
Zapatero ha mostrado su talante optimista y confiado una vez más, afirmando que Europa saldrá fortalecida de la crisis, aunque es necesaria “una mayor unión fiscal, económica y bancaria”. Pero sí ha reconocido la aportación fundamental que ha significado el cristianismo para el humanismo y para el pensamiento occidental. Se ha mostrado a favor del diálogo interreligioso y la cooperación con la Iglesia católica. “El cristianismo ha tenido una influencia decisiva en la historia de Europa, ignorarlo sería ignorante”, ha reconocido. Así, ha calificado de "éxito" la relación entre los poderes públicos y la Iglesia en España en los últimos 30 años, aunque subrayando el carácter aconfesional que marca la Constitución. “El modelo es de separación Iglesia-Estado, pero no de hostilidad”, ha reiterado, añadiendo que la visión laica, de respeto a la diversidad y a la creencia de cada uno es la que mejor garantiza la libertad religiosa.
"A veces parece que la Iglesia recibiese una serie de beneficios, pero no es así. Toda sociedad, aunque sea laica, necesita de valores no manipulables, válidos para todos y que hay que seguir y que no podemos ponernos por encima, si queremos que haya una sociedad en paz y respeto. Esto creo que es fundamental. Y la crisis viene precisamente porque se ha perdido ese grupo de valores, sin los cuales no podemos conducir esta sociedad" ha afirmado Mons. Cañizares.
Sin embargo, Rodríguez Zapatero contestó a Cañizares diciendo que "la religión debe abandonar ese intento de monopolizar todos los aspecto de la vida. La trascendencia del debate religioso es fundamental, incluso en estados aconfesionales. Y ese debate pasa por escuchar a todas las partes, para aprender".
Por su parte, Marhuenda puso encima de la mesa si la crisis es sólo económica o es de valores. Para Mons. Cañizares, "La crisis económica nos indica cuál es la raíz que es que se ha olvidado del bien, de la verdad, de tantos otros aspecto que constituyen la base sobre la que tiene que regirse cualquier economía al servicio del hombre, de la familia, de aquellos aspectos fundamentales que priman a la sociedad. Los padres de Europa no querían simplemente una Europa de los mercaderes. La unificación europea puede ser por otras vías que no sea sólo la económica, que enfrenta a unos países con otros. Detrás hay una crisis de valores. Si no hay un bien común, de la familia, nos hace pensar que necesitamos una Europa nueva”.
Rodríguez Zapatero: "En los últimos cincuenta años la esperanza de vida ha aumentado, la tasa de analfabetismo se ha reducido, la mortalidad infantil se ha reducido desde 1960 de un 126 por mil a un 50 por mil. Después de la Segunda Guerra Mundial, estamos ante un periodo en el que menos muertos por guerra ha vivido la Humanidad. Podríamos hacer referencia a la lucha contras las enfermedades, que se ha extendido; a la libertad política, que ha aumentado y llega a más países que nunca... Ahora Europa tiene que hacer una unión política, que incluye la unión monetaria, que se hizo de manera imperfecta, porque a la moneda común se le debía haber unido una unión fiscal, un tesoro común... Mi opinión es que sea crisis de valores o sólo económica, Europa saldrá adelante".
Monseñor Cañizares: "Cuando la vida no es respetada, cuando la familia no está lo suficientemente protegida, cuando África está sumida en una desgracia cada día mayor, con el olvido de los países de Occidente, no hay un futuro para esta Europa y para este desarrollo innegable, si se produce en contra del bien y del mal, del hombre, de la verdad. La juventud hoy no sabe qué es lo bueno y qué es lo malo. Viven inmersos en un relativismo, en una ética situacional. Ese futuro no será posible si no está asentado en los valores y ahí tiene una responsabilidad enorme la iglesia y eso pasa por una nueva Evangelización".
Rodríguez Zapatero: "Europa debe ir en el horizonte de unirse políticamente. Está en el espíritu del Humanismo, está en el pensamiento cristiano, que siempre ha pensado en la unión europea. La situación actual no nos debe hacer olvidar los grandes avances. Creo en el espíritu europeo, pero para ello los Estados deben salir de sí mismos. Los valores de la dignidad humana, que en el fondo es el Humanismo, ayudan, pero no por sí sólo resuelven la recuperación económica. Ayudan, pero también hay que hacer la otra parte, la netamente política".
"La gran cuestión es si Europa va a ser capaz de dar los pasos que tiene que dar a tiempo. ¿Qué nos enseña lo peor de la historia europea? Que las afirmaciones cerradas, las ideologías cerradas, absolutas, son, antes o después, destructores. El Humanismo sabe que vale más defender la libertad que cualquier promesa tentadora y en eso clave la aportación del cristianismo, sin caer en el error de olvidar otras civilizaciones. Pero Europa debe asumir su papel sin complejos, porque sigue siendo la idea más razonable para la mayoría de los hombres. Europa debe obtener por si mismo el respeto que se merece por sus logros, igual que nuestro país. Y sin duda la mejor manera de afirmar la identidad de Europa y de España es ver cómo nos ven desde fuera y siempre nos han reconocido por defender los valores de la dignidad, las libertades políticas y así debemos seguir y con el diálogo y con la perspectiva histórica se pueden dar esos pasos".
Monseñor Cañizares: Estamos entre demócratas, pero no hay democracia sin conciencia, sin asentamiento en principios del bien y del mal, sean del credo que sean.
Rodríguez Zapatero: "Estoy de acuerdo en lo de la democracia sin conciencia, porque democracia es conciencia, conciencia en los valores del respeto. Esa conciencia, en definitiva, se traduce en un núcleo esencial de principios, de derechos y de valores que tienen una plasmación normativa en las constituciones. Tengo el profundo convencimiento de que en las leyes hay un amplio reconocimiento de los valores que defiende el cristianismo. Y eso sólo se logra con la deliberación, el diálogo, la palabra, el discurso y el respeto, que es la palabra más bonita del castellano".
Monseñor Cañizares: "Ha utilizado una palabra que comparto: soñadores. Hacen falta soñadores, quijotes. Hablar de ensoñación me trae a la cabeza la juventud, el futuro de nuestra sociedad. Aman la vida con pasión y se aferran a ella, anhelan la paz, desean vivir con esperanza, aman la verdad y no renuncian a ella. No es verdad, dice el Papa, que la juventud piense sólo en el lujo y el placer. Pero ofrecemos sucedáneos de todo esto que, al final, les hacen infelices. Uno de los retos principales es una vida bella, una civilización del amor, una paz diariamente construida... y un trabajo, claro está".
Rodríguez Zapatero: "Me alegra oír a Monseñor Cañizares citar el Quijote, pues compartimos muchas cosas, porque, como dijo Sancho Panza, la libertad es el bien más preciado. Y en cuanto a los jóvenes, la gran tarea europea y de toda la sociedad es cómo hacemos la tarea de recuperación de los jóvenes. Tenemos la generación de jóvenes con más formación y potencial, más solidaria y participativa. Eso es un enorme capital humano, social y político.
Para cerrar el debate, Francisco Marhuenda plantea la cuestión del diálogo.
Monseñor Cañizares: "El diálogo siempre es por respeto hacia la persona. Y si educamos para el diálogo, educamos para el respeto, para una economía mejor. Diálogo es tolerancia, no es intransigencia. Trabajar por el diálogo es trabajar por un mundo mejor, por una sociedad mejor".
Rodríguez Zapatero: “El diálogo es la puerta que abre todos los caminos. Y dialogar no es sólo sentarse delante de otro. El diálogo es reflexionar. El diálogo respetuoso y sincero facilita el sosiego, alimenta la reflexión, contribuye al progreso y en eso estamos completamente de acuerdo y ojala el diálogo en nuestro país nos enriquezca a todos y nos ayude a aceptar cosas de lo que piensan otros".
Monseñor Cañizares: "Una de las claves del diálogo es el diálogo interreligioso. El diálogo es posible. Aceptamos al otro y que esa fe que vive el otro nos es común. Si alcanzamos ese diálogo interreligioso en la cuenca del Mediterráneo habrá paz".
Rodríguez Zapatero: "De la doctrina de Benedicto XVI, lo más audaz de su pontificado es ese diálogo interreligioso y eso a España le sienta bien, pues siempre ha sido el gran puente de diálogo con el Mediterráneo, con América Latina y hay muy pocas naciones que tengan la posición para el diálogo que tiene España".