Zapatero y Obama, por fin a solas
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Redacción Madrid. 4 de abril.
Aunque ya hubo una primera toma de contacto en Londres entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el estadounidense, Barack Obama, en la recepción que ofreció la Reina de Inglaterra, será mañana en Praga cuando tenga lugar la ansiada cita que simbolizará el nuevo estado de las relaciones España-EEUU y de la que podría salir el intercambio formal de invitaciones para visitarse. Zapatero ya dejó claro tras la cumbre del G-20 que su primera impresión sobre el presidente de Estados Unidos no pudo ser mejor y no escatimó elogios para Obama, de quien alabó su "cercanía", "capacidad de diálogo" y "voluntad de entendenimiento".
Por su parte, Obama, según algunas fuentes, ya ha manifestado su interés por viajar a España y Zapatero lleva cinco años esperando que una invitación del jefe de la primera potencia mundial aunque técnicamente ya 'pisó' la Casa Blanca en la recepción que el presidente saliente George W. Bush ofreció a los participantes de la cumbre del G-20 del pasado mes de noviembre. La máxima autoridad que ha venido a nuestro país con gobierno de Zapatero (Bush si visitó al ex presidente Aznar) ha sido la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice en mayo de 2007 y la última reunión entre los máximos mandatarios de ambos países se remonta a enero de 2004, cuando Bush y Jose María Aznar mantuvieron su último encuentro.
Zapatero, según fuentes oficiales, tiene especial interés en tratar con Obama toda la agenda biliteral así como la presidencia española de la Unión Europea, en la que debe celebrarse una cumbre UE-EEUU que podría establecer una nueva agenda transatlántica.
Por su parte, la delegación estadounidense ha enfatizado su interés por abordar cuestiones sobre energías renovables, políticas de desarrollo en Africa y América Latina, con especial interés a la situación en Venezuela, la estabilidad en los balcanes, la crisis o la lucha contra el terrorismo.
Asuntos como el cierre de Guantánamo, donde España se ha comprometido a acoger a algún preso, o cuestiones internacionales como el conflicto en Oriente Próximo o Afganistán, donde España enviará más soldados, estarán previsiblemente también en la agenda.
De hecho, Amnistía Internacional ha soliciatdo a Zapatero que la aplicación de la pena de muerte en EEUU, los pasos a seguir para cerrar Guantánamo o la necesidad de investigar las violaciones de derechos humanos cometidas durante años en el marco de la "guerra contra el terror" deben también estar presentes en esa primera reunión.
Como telón de fondo, le guste al gobierno español o no, estará la polémica generada por el anuncio español de retirar las tropas de Kosovo, aunque el Ejecutivo considera el tema "zanjado" y ya está comprobado que esa decisión, pese a incomodar en su momento a Washington, no tendrá las tremendas repercusiones que tuvo la de Irak.
NUEVA ETAPA
Nada más ganar las elecciones de marzo del año pasado, Zapatero anunció que en esta legislatura una de sus prioridades era iniciar una nueva etapa de relaciones con EEUU, marcadas en su primer mandato por la crisis suscitada tras la retirada de Irak y la falta de sintonía personal entre el presidente español y Bush.
Aunque distintos miembros del Gobierno español mantuvieron contactos durante toda la campaña electoral con los equipos de los aspirantes a la Casa Blanca, la victoria del demócrata facilitó el trabajo y por eso tras felicitar a Obama, Zapatero ya se mostró convencido de que se iniciaba una etapa de mayor intensidad en las relaciones, una apreciación a la que esta semana se unió la constatación, según fuentes españolas, de que entre los dos presidentes había habido "química".