Redacción Madrid. 9 de enero.  El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, hizo esta tarde un llamamiento a los españoles para que esta noche no cojan el coche porque están bajando las temperaturas y la nieve y el hielo son muy peligrosos. Además, atribuyó el colapso de las carreteras madrileña a unas predicciones meteorológicas erróneas, porque "los partes de anoche no eran los de esta mañana a las 7.00 horas".

   "Quiero hacer un llamamiento a todos los ciudadanos españoles para que esta noche en la medida de lo posible no utilicen el coche porque en principio van a estar peligrosas", dijo en relación a la bajada de temperaturas nocturnas mezclada con la presencia de nieve, lo que da lugar al hielo en las calzadas. En todo caso, aseguró que una vez se ha tenido conocimiento de la situación todas las administraciones han hecho los máximos esfuerzos y han puesto sobre la mesa todas los medios disponibles.

Por su parte, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, admitió hoy fallos de su propio departamento, del de Interior, de los responsables autonómicos y municipales de Madrid y de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ante la situación de colapso que ha vivido durante esta mañana la capital de España debido al temporal de nieve y frío. En todo caso, señaló que la situación por la tarde estaba "prácticamente" recuperada.

   "Cuando ocurre un incidente de esta magnitud no hay un fallo, sino muchos fallos. Hay que analizar toda la cadena", señaló durante su comparecencia junto a los secretarios de Estado de Infraestructuras, Josefina Cruz, y Transportes, Fernando Palao, para dar cuenta de la situación en todo el país.

   "No quiero identificar un responsable", enfatizó, porque, en su opinión, "ha habido una concurrencia de fallos por parte de todos los responsables". Pero, pese a ello, consideró que "ante un acontecimiento meteorológico previsto con poca antelación, se ha resuelto en una mañana".

   Además de los problemas de coordinación entre las distintas administraciones, también se refirió a los responsables que tenían que conocer, "si es que podían", con más precisión lo que iba a pasar. Pero aclaró que no responsabiliza a la AEMET. "A las 7.30 se planifican todas las actuaciones del día con una previsión meteorológica que después, por el tiempo, se modifica y eso influye en el tiempo de reacción para preparar las distintas actuaciones que tenemos que llevar a cabo".

   Por todo ello, Álvarez reconoció que todos deben "pedir disculpas a los ciudadanos, compartir responsabilidades por las dificultades que han atravesado esta mañana y saber que, en la medida de lo posible, hay que mejorar estas actuaciones", si bien indicó que no se van a modificar los protocolos de actuación para estos casos porque "no es que no hayan funcionado". 

   Respecto a las críticas recibidas por parte de la oposición acerca de la gestión en el cierre del aeropuerto, la ministra dijo que le parecía "una frivolidad inaceptable" el que desde determinados ámbitos políticos hayan planteado la cuestión como un "arma arrojadiza", en lugar de plantearse "cómo trabajar entre todos para darle el mejor servicio al ciudadano".

   "Aunque me cueste muchas críticas, mientras yo sea ministra de Fomento, tomaré las decisiones pensando en los ciudadanos y no en el 'qué dirán' unos cuantos, que cuando dicen que hemos cerrado el aeropuerto por cinco centímetros de nieve están manipulando la información o no la tienen, cosa que me cuesta trabajo pensar porque son también responsables de las infraestructuras de Madrid", explicó la ministra de Fomento.

   En cuanto a la clausura temporal del aeropuerto de Barajas, Álvarez indicó que las aerolíneas dejaron de operar por la concurrencia de dos fenómenos, la nieve y la falta de visibilidad. Por ello dijo que "aquellas personas que han eludido hablar de la visibilidad del aeropuerto y sólo se han referido a la nieve, manifiestamente han querido manipular la información".

   En este sentido, comentó que la responsabilidad de AENA y del Aeropuerto de Madrid ya se puso de manifiesto en el atentado de la T-4, cuando no se cerró el aeropuerto. "Su capacidad de gestión tiene el límite de la seguridad de las operaciones", añadió.

   Por ello, señaló que "en la medida en que los responsables del control de navegación aérea han recomendado que el aeropuerto no esté operativo, se ha mantenido cerrado, hasta que los propios responsables han dicho que podía abrirse".

   También sobre el cierre del aeropuerto comentó que "no es la primera vez que se cierra por cuestiones climatológicas", como la niebla, y recordó que "en 1996 ya se cerró por la nieve". Además, remarcó que aeropuertos de otros países también han cerrado en este mes por la climatología y puso como ejemplo los de Milán, Turín, Marsella, París, Bruselas y Munich.

   "Se podían haber tomado seguramente, a lo mejor, medidas con un tiempo mayor", insistió, al tiempo que indicó que "un acontecimiento meteorológico previsto con poco tiempo de antelación, se ha resuelto prácticamente en una mañana". En este sentido "ha habido una serie de inconvenientes durante una mañana, en el día que más ha nevado de los últimos diez años, por lo que tampoco era una circunstancia normal".

   Álvarez apeló a los medios televisivos a que recuerden también las previsiones meteorológicas que dieron ayer. En este sentido justificó que "hay muchas dificultades por parte de los que toman las decisiones".

   En todo caso, subrayó que el ministerio ha estado trabajando desde por la mañana para garantizar la seguridad del usuario, en primer lugar, y después la calidad del servicio y sentenció que la situación estaba por la tarde "prácticamente" recuperada. También señaló que informará al Parlamento siempre que se lo soliciten los grupos parlamentarios, aunque pidió al PP que sea "más responsable" con la sucesión de peticiones de comparecencia "de lo que ya conocen".

   Las principales actuaciones llevadas a cabo, según detalló la ministra, fueron impedir el tráfico de camiones en las carreteras más afectadas, disminuir la velocidad en los ferrocarriles y preparar una pista en Barajas hasta que los controladores han decidido que es necesario parar.