¡Viva el Rey Felipe VI! 'Sin España no puede entenderse el curso de la humanidad'
Paula Gordon Gimeno. En el transcurso de una austera ceremonia y con ausencia de cualquier símbolo religioso, el nuevo rey, Felipe VI, ha jurado las leyes vigentes del reino (en este caso la Constitución española de 1978) antes de ser proclamado Rey por las Cortes Generales españolas reunidas en Sesión Solemne. Durante su discurso tras la Proclamación, que ha durado 26 minutos, el Rey ha hecho hincapié en la importancia de la nación española, “forjada a lo largo de siglos de Historia por el trabajo compartido de millones de personas de todos los lugares de nuestro territorio y sin cuya participación no puede entenderse el curso de la Humanidad.”
Ha tenido palabras de agradecimiento para su padre, el rey D. Juan Carlos, y para su madre, la reina Dña. Sofía, y ha calificado sus años de reinado como los mejores de nuestra historia contemporánea. También ha hecho hincapié en los valores “de libertad, de responsabilidad, de solidaridad y de tolerancia”, en los que se basa nuestra convivencia democrática. Se ha definido así mismo como un Rey constitucional: “Un Rey que debe atenerse al ejercicio de las funciones que constitucionalmente le han sido encomendadas y, por ello, ser símbolo de la unidad y permanencia del Estado.”
Pero para lograrlo, ha dicho Felipe VI, la Monarquía debe “preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social. Porque, sólo de esa manera, se hará acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones”, como demandan hoy en día los ciudadanos, de todas las instituciones del Estado y de la vida pública. Sin nostalgias, pero con todo el respeto, ha querido “recordar y celebrar todo lo que nos une y nos da fuerza y solidez hacia el futuro.” También ha hecho un homenaje a todas las víctimas del terrorismo de este país y a aquellos que están sufriendo la crisis económica para los que, ha dicho, “tenemos el deber moral de trabajar, para revertir esta situación y el deber ciudadano de ofrecer protección a las personas y a las familias más vulnerables.” En cuanto al futuro, ha hecho mención de que las nuevas generaciones aspiran a la renovación de las instituciones políticas en “una España en la que no se rompan nunca los puentes del entendimiento… quiero reafirmar, como Rey, mi fe en la unidad de España.” Unidad que, como ha afirmado, no significa uniformidad y en la que hay que proteger culturas y tradiciones diversas. “En esa España, unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos.” En cuanto a la política exterior, ha marcado las dos grandes líneas de interés de la nación: Europa e Iberoamérica. No ha dejado de mencionar “nuestros vínculos antiguos de cultura y de sensibilidad próximos con el Mediterráneo, Oriente Medio y los países árabes.” Como resumen de su discurso ha dicho: “Señorías, tenemos un gran País; Somos una gran Nación, creamos y confiemos en ella.”