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Diario YA


 

¿Qué provecho ha obtenido España del actual gobierno socio-comunista?

“Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir dichos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”.   Ángela Merkel

Miguel Massanet Bosch.
No es fácil tener a un pueblo enganchado a la zanahoria que le promete bienestar, mejoras, libertad, sosiego y seguridad cuando van pasando los días, las semanas, los meses y los años y nada se mueve, todo sigue igual; no mejoran las condiciones de vida y una pandemia mortal,  en la que hubo negligencia en el momento de aceptarla, que hubo retraso en reconocer su gravedad y que no se tomaron las medidas preventivas y paliativas oportunas para enfrentarse a ella; que ha impactado en la nación con más virulencia y mortalidad que en otros países, que ha acentuado una crisis económica, agravándola y prolongándola, que ha sufrido una serie de retrasos debido a la falta de diligencia del Gobierno en cuanto a la adquisición de vacunas y a las trabas políticas que, en cada momento, ha utilizado para obstaculizar el trabajo y la libertad de actuación a las comunidades que no pertenezcan a su ideología política.
Sin embargo, ahora que el PSOE del señor Pedro Sánchez se ve abocado a unas elecciones, que no tenía previstas, en la comunidad madrileña, algo que les ha obligado a improvisar y ha pillado a contrapié al factótum de la Moncloa, el señor Redondo, todo el partido en pleno, ministros incluidos, ha iniciado una campaña deslavazada, politizada, maquillada y a cara de perro, cuyo objetivo principal se ha venido centrando en la descalificación, criminalización, insulto y acusaciones de fascista contra la actual presidenta de la comunidad, la señora Ayuso, que se ha visto precisada, con gran éxito, todo hay que decirlo, a defenderse del acoso de todos los partidos de la izquierda, que han presentado aspirante a la presidencia de la comunidad. Eso de achacar maneras fascistas a todo aquel que no tiene simpatías por el comunismo o es separatista tiene su enjundia, debido a que, si nos tuviéramos que fiar de las calificaciones de fascista que parten desde todos los partidos de izquierdas, sería evidente que, España, se habría convertido en un verdadero semillero de ellos. Evidentemente, el sentido peyorativo que se le da al término, no tiene nada que ver con el ideario del fascismo clásico, sino que hace referencia a cualquiera que no comulgue con las ideas progres, filocomunistas y totalitarias que son las que tienen en mente todos los que, en la actualidad, forman parte de los partidos que ocupan o colaboran con el gobierno de la nación.
Y es que, cuando el señor Pablo Iglesias habla de “déficit democrático en España” no acabamos de entender lo que, para él, sería el sistema democrático que le satisficiera, si es que estuviera en sus manos ordenarlo a su manera. Veamos si nos aclaramos escuchando al señor Echenique, este personaje atrabiliario que deambula por el Parlamento, cuando afirma, plenamente convencido de ello, que, “No van a imputar a Iglesias, porque el prestigio de la Justicia desaparecería para siempre". (P.E., 8 de octubre de 2020) dando a entender que, el señor Iglesias, está por encima del resto de españoles en cuanto a responder de sus actos, como le corresponde a cualquier ciudadano de a pie, si es que tuviera algo de que responder ante ella. Y qué diremos de la justificación de su falta de actuación sobre la mortalidad del Covid 19 en las residencias de ancianos, sobre las cuales tenía responsabilidades de vigilancia cuando, utilizando el manido sistema de endosarles las culpas a los demás para evitar que le afecten a él, el verdadero responsable, descarga su conciencia utilizando la siguiente frase: “Mi vicepresidencia no tenía mando único [sobre las residencias]. Las órdenes las redactaba Sanidad". (P.I., 9 de junio de 2020).
Pero este “pacificador”, este presunto redentor de una España que, según él, antes de que llegaran los de Podemos, estaba al borde de la “ruina”, no existía democracia, los empresarios se merendaban cada mañana a los obreros para el desayuno o la economía iba “dando tumbos” sin que hubiera alguien que, como ellos, pusiera orden para que todo funcionara bien, nos dejó frases tan edificantes como esta: ”Los trabajadores públicos que van a ser fundamentales para seguir combatiendo la pandemia no son policías y militares" (P.I., 22 de septiembre de 2020)
Lo que muchos españoles nos preguntamos ¿qué es lo que han hecho de bueno, cuáles han sido sus logros, cómo han contribuido al aumento de puestos de trabajo, a la reactivación de las industrias, a mantener vivo el turismo tan duramente atacado por el coronavirus y qué medios exitosos han utilizado para reducir el desempleo o por qué los señores que están en ERTEs no figuran como desempleados para las estadísticas sobre el verdadero número de personas que, hoy en día, no trabajan y que viven a costa del erario público que, como es sabido de todos. se nutre de nuestros impuestos. No han bajado impuestos y lo que vienen anunciado es que van a subir los que hay y crear nuevos. Han promulgado una nueva Ley de Educación que merecería ser puesta como ejemplo del sectarismo más antidemocrático, fruto de la mente torticera de una ministra, la señora Celaá, que aparte de contener fragmentos que seguramente serán declarados inconstitucionales por el TC, son una muestra más de que, los ministros de Sánchez son unas verdaderas nulidades, que solo actúan movidos por sus ideas políticas, sin tener en cuenta el interés general de los españoles ni la constitucionalidad de las leyes que van sometiendo a la aprobación de un Parlamento que sólo actúa como lacayo de lo que dispone el señor Sánchez.
¿Cómo es posible que estos políticos socialistas y comunistas, que tanto critican la gestión del Madrid de la señora Ayuso que, por otra parte, ha sido la comunidad que mejor se ha portado desde el punto de vista económico durante la pandemia que estamos padeciendo, se atrevan ahora a ofrecer mejoras, a programar cambios que mejorarían la vida de los madrileños o pongan en duda las medidas sanitarias, incluidos los nuevos hospitales que se han gestionado en la comunidad?, cuando es evidente que, los mismos políticos que hacen la crítica, no han sido capaces de mejorar la gestión de Ayuso en el resto de comunidades de España. Critican con fruición algo que ellos, desde el mes de marzo del año 2020, han sido incapaces de controlar; es más, permitiendo la manifestación de feministas en Madrid, desaconsejada por todas las instituciones, permitieron que 100.000 personas interactuasen sin protección alguna, siendo motivo de la escalada incontenible de contagios que se produjeron gracias a la estulticia gubernamental.
Tienen la cara dura de recriminar, al actual gobierno de la comunidad madrileña, por no haber hecho lo que ellos, con un fracaso de resultados absolutos, no han sido capaces de mejorar y, al tiempo, pretenden convencer al pueblo de la comunidad, que la gestión que ellos se ofrecen a implantar va a sacar a los madrileños de los atolladeros en los que, los socialistas y comunistas, habían metido al resto de comunidades en las que ellos mismos son los que han asumido la gestión de la pandemia, con resultados que claramente se han mostrado como inadecuados, insuficientes, poco meditados y, todos ellos tutelados y dirigidos desde el Gobierno central que, en este aspecto, no ha hecho otra cosa que intentar ocultar, disimular, negar o escurrir el bulto, cada vez que se le ha acusado de mentir o de ocultar datos.
Aparte de intentar implantar, en toda España, sus métodos frente-populistas con la intención de convertir a nuestro país en uno más en los que, la hoz y el martillo, han venido haciendo estragos en las vidas de sus ciudadanos; sería conveniente que estos que nos gobiernan nos dijeran en qué aspectos, desde que ellos llegaron al poder, esta “democracia” que ellos tachan de “deficitaria” ha mejorado, y cuáles son los beneficios que han reportado a España y a la vida y derechos de los españoles, aparte de a los gay, lesbianas y al separatismo catalán y vasco. La intervención de los nuevos ministros que suplieron, en su día, a los del PP, con una gran cantidad de mujeres, no se ha notado en mejora alguna de la gestión. Porque, si tenemos que ser sinceros, y lo somos, mucho nos tememos que, si descontamos las montañas de actuaciones televisivas, el control casi absoluto de todos los medios de información, la demagogia que han esparcido por todo el territorio español en cada ocasión en la que han podido colarla, las mentiras, los engaños, las descalificaciones del adversario y la utilización de medios y artimañas para evitar el control de las cámaras de representación popular, incluso cuando tienen la mayoría a su favor; con la malévola intención de hurtar a los españoles los debates que, en la mayoría de casos, sacarían los colores en aquellos que tuvieran que defender las leyes que intentan aprobar por decretos que, posteriormente, pasan sin pena ni gloria por la aprobación, sin discusión, por la cámara baja.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos resulta difícil de poder asimilar que, quienes no han sabido gobernar, no han obtenido resultados positivos visibles en su paso por el Gobierno, no han sido capaces de controlar, con efectividad, una pandemia en la que, si en algo ha mejorado la situación, ha sido porque hemos recibido vacunas, algo en lo que, evidentemente, el gobierno se ha limitado a actuar de intermediario. Ahora, no obstante, se presentan como aspirantes a gobernar la comunidad madrileña, sin otro bagaje que los fracasos conseguidos en el resto de España, ofreciendo a los madrileños beneficios y mejoras que han sido incapaces de proporcionar a aquellos que son ciudadanos de aquellas comunidades sobre las que gobiernan. La desvergüenza que tienen todos aquellos que, para conseguir sus fines ilícitos, no paran mientes en los medios de los que se valen, sean cuales quiera que fueren, tanto legales como ilegales, con tal de derrotar al adversario político. Esperemos que, en el caso de Madrid, la victoria de la señora Ayuso, sea un soplo de aire fresco en la política nacional. Y una frase ad hoc de George Washington: “El gobierno no es una razón, tampoco es elocuencia, es fuerza. Opera como el fuego; es un sirviente peligroso y un amo temible; en ningún momento se debe permitir que manos irresponsables lo controlen”. Tomen nota, por favor, de ello.
 

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