La Cumbre Iberoamericana como síntoma
El Gobierno puede anotarse otra marca. Durante el mandato de Sánchez –y con él ausente– ha tenido lugar la Cumbre Iberoamericana más depreciada de la historia. Lamentablemente, así se recordará su XXIX edición, que tuvo lugar en la ciudad ecuatoriana de Cuenca la pasada semana. España sigue perdiendo posiciones y relevancia como referente político en la región. Sánchez tenía que “seguir atendiendo la gestión de los efectos de la DANA”, es decir, tenía que seguir atendiendo su campaña de imagen y de hostigamiento partidista, acreditando –por si hicieran falta nuevas pruebas– ser incapaz de entender la política como algo distinto de la propaganda. Por mucho que España esté siempre bien representada en la persona del Rey, la ausencia del presidente del Gobierno implica la ausencia de la figura institucional que da peso político y asume en estas Cumbres una función movilizadora insustituible. Basta con repasar su historia para constatar, con desolación, hasta qué punto hoy se prefiere compadrear con autocracias que desempeñar el papel que nos corresponde.
Elecciones británicas: De amplitud de la victoria a contundencia de la derrota cinco años después
En solo cinco años, los conservadores han conocido dos elecciones “históricas” como partido. La primera, en 2019, por la amplitud de la victoria. La segunda, este jueves, por la contundencia de la derrota. Tras catorce años en el poder, los tories entregan el testigo a un Laborismo en ascensión explosiva. Para una muy amplia mayoría de británicos el balance de los últimos ejecutivos conservadores es del todo decepcionante. Primero fue la crisis financiera, luego la pandemia y, por último, el repunte de la inflación. La impresión de un país "roto" es abrumadora. Aunque la inflación, que llegó a dispararse hasta el 11%, ha retrocedido hasta el 2,3%, la crisis del coste de la vida pesa mucho en un país sin fuertes amortiguadores sociales. El servicio público de salud (NHS), al que los británicos están tan apegados, se encuentra en un estado lamentable, con millones de personas esperando citas o tratamiento.
Un tripartito aritméticamente posible es una ruptura constitucional probable
Hay una ‘ley de hierro’ del sanchismo: su rendimiento electoral es directamente proporcional al incremento del chantajismo secesionista. Esa ley funciona desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa; el domingo, en Cataluña, también. Los socialistas y medios afines están celebrando con mucho estruendo unos resultados cuya difícil materialización política sería un ‘tripartito de izquierdas’ en compañía del independentismo de la Esquerra y del soberanismo plurinacional de los Comunes. Esa hipótesis aumenta la presión secesionista sobre Sánchez en dos frentes: el autonómico y el nacional. En Cataluña, está por ver que ERC se integre en esa suma y en qué condiciones -desde el punto de vista constitucional, necesariamente imposibles- una vez desplazado el liderazgo del independentismo a Junts.
DESPROPÓSITO POPULISTA: La opinión de FAES sobre la carta de Sánchez
Se pueden aventurar, con bastante fundamento, tres conclusiones del despropósito al que estamos asistiendo después de que Pedro Sánchez hiciera pública su “Carta a la ciudadanía”, una pieza inclasificable salvo en la irresponsabilidad que delata y la maniobra efectista que conlleva. La primera es que algo grave ha tenido que percibir Sánchez para embarcarse en esta iniciativa. Una gravedad que puede venir de un desfondamiento psicológico -poco probable-, de un desagradable horizonte judicial con casos oscuros de corrupción y relaciones peligrosas de su entorno, o de una complicadísima situación política derivada de los imposibles equilibrios a los que está condenada para mantener una coalición de gobiernos tan disfuncional y destructiva. La segunda es que el plazo que Sánchez se ha dado no tiene explicación si, de verdad, se tratara de un tiempo para reflexionar sobre su futuro. Cinco días son muchos y si fuera cierto que ese es el periodo que Sánchez necesita para decidir sobre su futuro estaríamos ante un dirigente hamletiano, lo que no encaja en absoluto con lo que Sánchez tiene acreditado.
Amnistía corrupta: ¿el que la hace la paga?
El escándalo de la trama de las mascarillas es un caso de corrupción económica; como tal, una variante del soborno. En todo soborno hay siempre tres implicados: el que soborna, el sobornado y el perjudicado. En el soborno público el perjudicado es la sociedad entera, porque los caudales desviados le pertenecen. La malversación del funcionario o responsable político incide así sobre cualquier ciudadano, sea beneficiario o contribuyente: todos resultan expoliados. A la manipulación del erario en provecho propio los romanos la denominaron peculatus (peculado) porque inicialmente las multas se pagaban en pecus (ganado). Una Lex iulia de peculatu, promulgada bajo Augusto, imponía la deportación a los malversadores; normas imperiales posteriores llegaron hasta la pena capital. Alfonso X llevó a las Partidas la legislación romana. Todos los códigos penales españoles, desde el de 1822 al actual, han tipificado los delitos contra la Administración –contra “lo público”– severamente. Hubo que esperar a Pedro Sánchez para rebajar el reproche de la malversación y ensayar una lenidad a medida, contraviniendo el criterio europeo.
Comunicado de la Fundación FAES ante la acusación del PSOE
El Partido Socialista Obrero Español está haciéndose eco de un testimonio infamante contra esta fundación, vertido hoy por un compareciente en una comisión del Congreso. El bulo referencia supuestos “informes policiales” que acreditarían el cobro de comisiones ilegales por parte de FAES. Se trata de una falsedad reciclada que ya en su día quedó desmentida suficientemente.
Le Pen obtuvo más de 1.600.000 votos que el Frente Popular pero 88 escaños frente a 146 por el sistema electoral
Emmanuel Macron había convocado anticipadamente unas Elecciones Legislativas en busca de una “aclaración” tras el fuerte ascenso de la Agrupación Nacional (RN) en los pasados comicios europeos. Sin embargo, los resultados parecen abonar la confusión antes que la claridad. Cierto que el “muro republicano” organizado para acordonar el voto del RN ha funcionado bien. Incluso demasiado bien: hasta el punto de desmentir los sondeos que vaticinaban un amplio triunfo de la derecha populista del remozado “Frente Nacional” y adjudicar la victoria al recién organizado “Frente Popular”, alianza de partidos de extrema izquierda que se alza con el primer puesto. De un frente a otro en una Francia sumida en la polarización.
Un Gobierno fuera de control
Que este Gobierno está fuera de control empieza a ser una evidencia. Después de la estrafalaria pausa para reflexionar de Pedro Sánchez se proyecta la impresión de que cualquiera hace la guerra por su cuenta. El Gobierno se ha convertido en una tropa sin dirección en la que sólo cuenta la arbitraria voluntad de su presidente quien, a la vista está, únicamente concibe la política como una simple proyección de “su persona”.
Son ya 45 años de autogobierno sin precedentes en su historia
Vicente de la Quintana. Los vascos están convocados el 21 de abril para ejercer su autogobierno. Es decir, para desplegar las facultades de decisión que les brinda la autonomía política consagrada en la Constitución y concretada en el Estatuto. Son ya 45 años de autogobierno sin precedentes en su historia. Cierto que, desde una óptica nacionalista, el “pueblo vasco” como sujeto político dura ya “siete milenios” (Ibarretxe): ¿qué son cuatro décadas y media en ese abismo temporal? No siendo todavía obligatorio ser nacionalista, algunos vascos distinguimos entre política y antropología y hacemos constar que libertad, democracia y autonomía fueron realidades rigurosamente inéditas hasta 1978 en nuestra tierra. Sobre lecturas interesadas de la etapa foral tenemos ya algo escrito. Además, hay que desconfiar por principio del cómputo nacionalista: cuenta por milenios la identidad y a medio siglo de terrorismo lo llama “ciclo”. Pensando en gente como Otxandiano, Hanna Arendt escribió una vez: “hablar de los campos de concentración sin ira, no es ser objetivo sino indultarlos”.
Sin chófer ni secretaria
En el turbio asunto de corrupción bautizado como ‘caso Koldo’, ‘caso Ábalos’, caso… corresponde a los jueces trazar el perímetro de responsabilidades penales que perfeccione ese listado de nombres propios. Quienes hacen con la presunción de inocencia mangas y capirotes si afecta al rival político, la descubren ahora como dogma revelado, para invocarla en sus gorgoritos cuando el lodo les llega a la garganta. No imitemos su proceder. Pero mientras se deslindan con escrúpulo categorías jurídicas en garantía del derecho de todos, es perfectamente lícito que al debate sobre la responsabilidad política de los cargos públicos añadamos otra consideración: la evidencia de la hipocresía gubernamental obtenida por vía estética.