Luis Losada Pescador. Isabel II ha muerto. Parecía eterna, pero el hecho biológico es incuestionable. También para ella, que lo había verbalizado en varias ocasiones. Con ella se cierra el siglo XX. Porque no hay duda de que la reciente historia del Reino Unido, Europa y el mundo está ligado a su figura. ¿Cuál es la clave? Vocación de servicio, discreción, humildad y sentido de Estado. Que la reina estuviera despachando con la nueva primera ministra a dos días de su fallecimiento a los 96 años de edad y con delicadísimo estado de salud da buena muestra de lo que es una vida gastada y desgastada al servicio de la corona y de la nación. Que su muerte se despachara con un somero comunicado de dos líneas y un cartel en la puerta de su castillo explica muy bien la discreción y la austeridad en medio de la grandeza, la pompa y la liturgia. No son incompatibles.