Jesús Asensi Vendrell. Es de admirar; o mejor dicho, de horrorizar; el empeño de algunos para imponer su ideología sectaria y destructiva en todos los ámbitos de la sociedad. Y como de tontos no tienen un pelo, son sabedores que el camino más rápido y eficaz es introducirla de forma oficial en el sistema educativo desde los jardines de infancia a la universidad, pasando por todas las etapas educativas habidas y por haber.