José luis Orella
Este 28 de noviembre fue la reunión conjunta del Comité de ministros de Asuntos Exteriores, ministros de Defensa y secretarios del Consejo de Seguridad de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), en Astaná, Kazajistán. La alianza militar está integrada por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Armenia, aunque el primer ministro armenio Nikol Pashinyan, de este último país anunció una «congelación» en la participación de Armenia en la OTSC. La decisión de Mirzoyan muestra el deterioro en las relaciones entre Armenia y la OTSC, principalmente entre Armenia y Rusia. Las tensiones entre ambas partes aumentaron cuando el ejército de Azerbaiyán lanzó un ataque en múltiples frentes, ocupando varias regiones estratégicas y Nagorno Karabaj, región poblada por armenios, que formó parte de Azerbaiyán en la época de la URSS, se independizó con apoyo de Armenia y ahora lo fue por las fuerzas azeríes provocando la salida de la comunidad armenia de la región. La OTSC garantizaba las fronteras de sus países miembros, pero no así de la república armenia de Nagorno Karabaj que no lo era.
La reunión actual de la OTSC tenía como objetivo garantizar la seguridad de sus miembros, ante la crítica de Armenia frente a la amenaza azerí y su relación con occidente. el primer ministro armenio Nikol Pashinyan subió al poder mediante una “revolución de color” aunque luego fue respaldado por una elección posterior organizada desde el poder. Desde el ejecutivo ha orientado al país hacia los EEUU y ha recibido visitas de importantes miembros de la administración Biden como de representantes de fundaciones vinculadas al filántropo George Soros.
Uno de sus puntos más importantes en la reunión fue hablar sobre el paraguas nuclear que la Federación de Rusia ofrece a sus aliados frente a cualquier amenaza que puedan sufrir por parte de potencias superiores. Aunque en el momento actual, la OTSC tiene un carácter defensivo como la mayoría de las alianzas militares existentes en el mundo, que garantiza la estabilidad del orden internacional, los peligros a los que se enfrentan sus miembros tienen un cariz diferente. El terrorismo islámico, con miembros uzbekos, tayicos y de otros países que actúan protegidos por intereses extranjeros en la guerra de Siria, y que pueden convertirse en un gran peligro a su vuelta a su país de origen. Otro problema es la mafia organizada de la droga y el tráfico humano que pasa de Afganistán a los países del Asia central y de allí también a Rusia. Y por último la estabilidad de los países miembros ante la amenaza de las revoluciones de colores que promovidos por fundaciones desestabilizadoras favorecen el derrocamiento de los gobiernos surgidos de las urnas, cómo sucedió con el propio país anfitrión de la reunión en enero de 2022.
El protagonismo marcado por el presidente Tokáyev ha ayudado a dar valor estratégico a la OTSC, reduciendo el papel que en el pasado tuvo Rusia como potencia hegemónica de la alianza. La guerra de Ucrania es un problema de Rusia y la alianza prevé dar la imagen de un elemento de estabilidad imprescindible para el orden de la región.
En la actualidad Kazajistán es un país joven que ha efectuado su entrada en la política internacional con personalidad y consciente de su identidad nacional. Desde su independencia, Kazajistán forma parte de la Comunidad de Estados Independientes, la Organización de Cooperación de Shanghái, la Unión Económica Euroasiática (UEE) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Sin embargo, el presidente Kassym-Jomart Tokayev, con una larga trayectoria previa como diplomático, mantiene sus estrechas relaciones con el vecino del norte, pero una mayor fidelidad al derecho internacional. En el actual conflicto de Ucrania, Kazajistán se ha ofrecido a mediar entre las partes y se abstuvo de votar una resolución que condenase la invasión rusa en la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero sin reconocer el cambio de fronteras.
Sin embargo, Kazajistán es un modelo de equilibrios en su política internacional, manteniendo un creciente protagonismo en sus relaciones con Rusia, China, Turquía, la Unión Europea y los Estados Unidos. Las relaciones con Rusia se encuentran marcadas por su alta dependencia económica de las importaciones de su vecino del norte y de la exportación del 80 por ciento de las exportaciones de petróleo de Kazajistán a través del Caspian Pipeline Consortium (CPC), donde Rusia tiene una participación del 31 por ciento. Aunque la buena relación con su vecino de Azerbaiyán, ambos pertenecen a la conferencia de países túrquicos, favorece el entendimiento para ampliar la exportación de crudo petrolífero a través del oleoducto Baku-Tbilisi-Ceyha.
El presidente Kassym-Jomart Tokayev lidera un proceso de respaldo al respeto por el derecho internacional, que convierte a su país en el mayor garantista de la estabilidad del Asia central y se manifiesta neutral en conflictos como el abierto entre Rusia y Ucrania. A nivel interno, el presidente Kassym-Jomart Tokayev lidera del mismo modo un proceso de modernización y democratización que ha reducido el poder presidencial, y otorga un papel protagonista a los jóvenes y a las mujeres, elementos primordiales en la nueva sociedad kazaja. Su protagonismo como anfitrión de la reunión de la OTSC ha dado una imagen nueva a la alianza militar y un marco de acción con unos objetivos claros con el mundo de la delincuencia y que marca la necesidad de la alianza como elemento guardián de la estabilidad de la región y del orden internacional.