Ante el “cumplimiento integro de las condenas”
Javier García Isac. No doy crédito a lo que escucho. Me quedo anonadado antes la actitud de tanto golfo, tanto mangante, tanto cantamañanas, cuando no se ponen de acuerdo ante una cosa tan básica, tan sencilla, tan fácil de comprender, como es el “cumplimiento integro de las condenas”.
No acierto a entender el motivo por el que la izquierda no se pone de acuerdo ante una obviedad tan clara como es que el delincuente, el asesino, el violador, el ladrón, el corrupto, cumpla íntegramente, la pena a la que se le condene en caso de que se demuestre su culpabilidad.
No me cabe en la cabeza que alguien no pueda estar de acuerdo con esto a no ser que esconda otros intereses oscuros o poco claros. Confundir la exigencia del cumplimiento integro de las condenas con un ataque a la libertad, es mentir, es engañar y, es tomarnos a todos por imbéciles, cosa que a menudo hacen nuestros políticos, sobre todo los de izquierda, siempre con esa actitud paternalista, esa actitud de perdona vidas, que parece que te están haciendo un favor cuando te hablan.
Es hora de que todos se retraten. Es hora de que nos expliquen por qué se quejan tanto de la salida de Bárcenas de la cárcel y, sin embargo, no desean que un violador, un asesino, un criminal, un ladrón o un corrupto, cumpla la pena integra a la que ha sido condenado. Estas son las contradicciones de la izquierda: nos hablan de libertad y democracia mientras apoyan o justifican tiranías como en Cuba o Venezuela, por no hablar de las simpatías mostradas a todo el bloque del Este y las atrocidades cometidas; quitan estatuas de nuestra historia y las sustituyen por las de incompetentes o criminales como Largo Caballero; nombran doctor honoris causa a conocidos genocidas y, conceden el nombre de un campo de futbol, a un asesino como Luis Compayns; están en contra de la pena de muerte, pero organizan los GAL y lucen alegremente camisetas de ese mercedario asesino que era Che Guevara, como si de un libertador se tratara, por no hablar de la “comprensión” a ETA y a todo su entorno, durante muchas décadas.
Que a estas alturas sigamos discutiendo sobre la necesidad de que un condenado por terribles delitos deba cumplir íntegramente su condena, no deja de ser, como poco, algo paradójico. En la mente de todos están casos tan crueles como el de Sandra Palo, Marta del Castillo, las niñas de Alcaser e infinidad de ellos menos conocidos, pero igual de espantosos y duros. Nuestros políticos deben dar la cara y explicar a sus padres, a sus abuelos, a sus familiares, por qué desean poner en libertad antes de tiempo, a todos aquellos que han cometido crímenes y violaciones como los aquí comentados. De verdad, no encuentro explicación para que políticos que supuestamente velan por los intereses de la comunidad, que supuestamente son elegidos por todos nosotros para representarnos y dar forma a la expresión popular, no deseen ver como alimañas capaces de violar niños, capaces de torturar y matar, capaces de asesinar a sangre fría, cumplan las condenas impuestas por un juez.
La sociedad debe conocer con nombre y apellidos a todos individuos que por activa o por pasiva, no deseen que se cumplan íntegramente las condenas y que permitan que los asesinos, criminales y violadores, obtengan la libertad antes de tiempo.
Y ya lo saben todos ustedes: no se dejen engañar cuando un juez condena a 30 años a un sinvergüenza capaz de cometer estas atrocidades. En verdad esta diciéndonos que cómo mucho, su pena será de 15 años y posiblemente mucho menos, si le da por asistir a la biblioteca o a algún curso de costura acelerado.