Redacción Madrid. 9 de mayo. Benedicto XVI comenzó ayer su gira a los Santos Lugares en Jordania, desde donde se dirigió a los líderes musulmanes locales para instarles a trabajar más cerca de la pequeña comunidad cristiana en el país de mayoría musulmana. La visita del Papa a la nueva mezquita Rey Hussein es otra señal de que la Iglesia Católica de Roma desea enmendar los lazos rotos en sus relaciones con el mundo musulmán.
Su antecesor, Juan Pablo II, fue el primer Papa en pisar una mezquita. Fue durante una visita a la capital de Siria, Damasco, nueve años atrás. En 2006, Benedicto XVI oró en público por primera vez en otro lugar islámico de adoración: la mezquita Azul de Estambul, en Turquía.
A su llegada a Jordania, antes de entrar a la mezquita, el Papa visitó el Monte Nebo, a unos 35 kilómetros de Amán, donde según dice la Biblia, Moisés vio la tierra prometida. "Es justo que comience aquí, en esta montaña, mi peregrinación a los Santos Lugares, ya que el magnífico escenario que se ve desde este sitio nos refleja el gran plan de salvación que Dios había preparado para su pueblo", dijo el Papa ante los numerosos fieles que le recibieron.
Tras abandonar el monte Nebo, Benedicto XVI se dirigió a Madaba, donde bendijo la piedra fundacional de una nueva universidad católica a la que podrán acudir tanto crisitianos como musulmanes.
Después de orar dentro de la mezquita Rey Hussein, financiada por la familia real jordana -que asegura ser descendiente del profeta Mahoma-, el Papa tiene previsto reunirse con los líderes islámicos locales.
Mañana domingo, el Pontífice oficiará una misa a cielo abierto y orará en Wadi Kharrar, en la ribera oriental del río Jordán, donde la Biblia relata que Jesús fue bautizado. Y el lunes viajará a Tel Aviv, en una visita de cuatro días a Israel y los territorios palestinos. Allí, visitará un campo de refugiados palestinos y la ciudad de Belén en Cisjordania.
SIN PROTOCOLO
A su llegada a Jordania en la tarde del viernes, Benedicto XVI fue recibido en el aeropuerto por el rey Abdalá, la reina Rania y varios líderes cristianos. La anécdota de la jornada la protagonizaron los monarcas jordanos, que rompieron el protocolo al recibir al Papa en persona. El rey Abdalá dio la bienvenida a Benedicto XVI al lugar que es "corazón de la fe tanto cristiana como musulmana" según palabras del Pontífice.
El Papa elogió a Jordania, entre otras razones, por su "respeto a la religión". De hecho, la visita del Pontífice tiene como fin alentar a la minoritaria comunidad cristiana en el Medio Oriente y mejorar el diálogo con musulmanes y judíos, y mejorar sus relaciones con otras religiones. Desde que fue elegido Papa, Benedicto XVI ha ofendido tanto a judíos como a musulmanes. Durante un discurso en 2006, citó a un académico medieval que vinculaba a la fe islámica con la violencia. Ante las críticas y la indignación que provocaron sus comentarios en la comunidad musulmana, el Pontífice ofreció sus disculpas. Más recientemente, provocó la ira de líderes judíos cuando levantó la orden de excomunión del obispo británico Richard Williamson, quien niega el holocausto.