Principal

Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

¿preparados para la próxima pandemia o condenados a repetir errores?

Covid-19, cinco años después: Análisis del director del Instituto Balmis de Vacunas

Dr. Francisco Giménez Sánchez,

director del Instituto Balmis de Vacunas

Almería, 20 de marzo de 2025. Se cumplen cinco años desde el inicio del confinamiento por la pandemia de Covid-19, un hecho sin precedentes en la historia reciente de nuestro país. Ayer, al abrir un cajón en mi consulta, encontré una pantalla facial de fabricación artesanal, donada altruistamente por una empresa a los sanitarios que se enfrentaban cada día a ese nuevo agente del que entonces conocíamos muy poco. La conservo como un recordatorio de aquellos días iniciales marcados por la incertidumbre y la falta de recursos.

Atrás quedaron momentos extremadamente difíciles: la sobrecarga hospitalaria, la desinformación y el ruido mediático, la escasez de material sanitario, el desconocimiento inicial sobre el virus, las ruedas de prensa diarias, los datos devastadores de fallecidos y un sistema sanitario al borde del colapso… y muchos otros episodios de los que casi nadie se acuerda ya. También han quedado en el pasado los “iluminados”: expertos que conocían remedios, aprovechados y otras especies de la fauna de las redes sociales han caído en el olvido o han tenido que reinventarse en algunos casos. Paradójicamente, incluso alguno que propuso la lejía como una buena medida contra la Covid ha vuelto a ganar unas elecciones.

La pandemia dejó un saldo de más de 150.000 muertes en España, posiblemente muchas más no contabilizadas oficialmente. Más allá de la cifra, el impacto fue profundo: sufrimiento generalizado, pérdidas irreparables, daños neuropsicológicos en la población, secuelas del Covid prolongado y un sistema sanitario severamente debilitado. A pesar de lo que puedan decir algunos dirigentes políticos, en España la administración pública respondió mal y tarde a la pandemia cuando ya sólo el martillo duro, el confinamiento estricto, podía ser efectivo, lo que costó muchas vidas. Así lo avala el informe técnico del Ministerio de Sanidad disponible en este enlace, en el que se identifican la falta de preparación, deficiencias estructurales y una pobre coordinación como los principales problemas.

Indudablemente, cuando oímos noticias sobre la posible corrupción que hubo con la compra de material sanitario por parte de algunos políticos es inevitable que se nos revuelva el estómago. Pero, apenas un año después del inicio de la pesadilla llegaron las vacunas que, junto con la adaptación del virus, permitieron controlar la pandemia. La campaña de vacunación en España fue un modelo mundial y contó con una respuesta impresionante por parte de los profesionales sanitarios y de la población. Y, pese a las dudas sobre las vacunas que persisten hoy en día en algunos sectores de la sociedad, lo cierto es que éstas salvaron alrededor de 20 millones de vidas solo en el primer año a nivel mundial, según las evidencias científicas, que respaldan su seguridad y eficacia. Sin embargo, atrás ha quedado el deseo por vacunarse lo antes posible y las inmunizaciones siguen siendo objeto de crítica, lo que está originando la reemergencia y extensión de enfermedades como el sarampión en diversos países, incluido el nuestro.

El sistema (o sistemas) de salud, que ya mostraba signos de desgaste antes de la pandemia, se vino abajo y hoy en día presenta síntomas de enfermedad crónica sin que nadie se atreva a acometer una transformación profunda basada en la prevención y la educación sanitaria. Es impresionante cómo la mente humana es capaz de olvidar y dejar aparcadas ciertas cosas en un rincón remoto de nuestro cerebro con absoluta normalidad. Hoy, el personal sanitario sigue enfrentándose a agresiones, en un preocupante aumento de la violencia contra quienes, no hace mucho, eran aplaudidos cada tarde.

Ante este panorama, surge la inevitable pregunta: ¿hemos aprendido algo de todo esto? Tal vez sí, pero otra cuestión muy distinta es si hemos logrado llevar ese aprendizaje a la práctica. En la actualidad, tenemos identificadas diversas amenazas infecciosas que podrían derivar en una nueva pandemia en cualquier momento. De todas ellas, la más preocupante es la gripe aviar H5N1 y la posibilidad de que una mutación del virus facilite la transmisión entre humanos.

Los ciudadanos pueden preguntarse si estamos realmente preparados para una nueva crisis sanitaria y qué medidas deberían implementarse para evitar un número tan elevado de muertes como en el caso de la Covid. El temor a que, ante una nueva emergencia, la principal medida vuelva a ser el confinamiento estricto –el “martillo”– nos sobrevuela de nuevo. Es una medida barata, fácil de aplicar y que, además, tiene el efecto añadido de la represión, lo cual la hace más eficaz. Es fundamental que nuestros dirigentes expliquen con claridad en qué consiste la estrategia de preparación y respuesta ante futuras pandemias, más allá del recurso a restricciones extremas.

El tiempo dirá si hemos aprendido la lección o si, una vez más, la historia está condenada a repetirse.

Etiquetas:Covid