De la euforia al desencanto
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En ese artículo poníamos en tela de juicio el ataque de euforia “sufrido” por el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, al saber que “el futuro de los puestos de trabajo de Figueruelas estaban asegurados”. Justo una semana después de aquellas entusiastas declaraciones ministeriales, el nuevo dueño de Opel lanzaba un aviso a los trabajadores de la planta española, tras haber visitado sus instalaciones algunos directivos de Magna.
Y, ahora, se produce lo que nunca hubiéramos deseado para los 7.500 operarios de Opel en España y es que, Magna hace que se tema por el futuro de Figueruelas. Tanto es así que, si bien se espera fabricar en esta factoría el reestilizado modelo del Meriva, que saldrá al mercado en 2010, Magna no ha tomado la decisión de, que planta fabricará el nuevo Corsa, que debía de comenzar a montarse en Figueruelas en 2012, por lo que podría producirse el cierre de esta planta de montaje, si no se adjudica la fabricación de cualquier otro modelo Opel.
Según han indicado fuentes sindicales, el 60% de la plantilla de Opel en Figueruelas depende del montaje del modelo Corsa pero es que, además, también dependen de él otros tantos miles de trabajadores de empresas auxiliares aragonesas.
Asímismo, Magna quiere adaptar la plantilla de la factoría aragonesa de Opel, a las ventas actuales, con lo que se prevé un drástico recorte de personal. Tenemos que señalar que, en Figueruelas se pueden producir anualmente cerca de 500.000 coches y, este año solo saldrán de sus líneas de montaje 330.000. Por otro lado, el Gobierno de Aragón avisa que no concederá subvenciones, sin un plan de garantice el futuro de la factoría. ¿Sigue ahora el Ministro de Industria con la misma euforia o, entonces fue simulada para acallar a esos trabajadores?.
Como puede comprenderse, se ha pasado de la más absoluta euforia al más completo chasco y a la total inseguridad de los trabajadores de Opel en Zaragoza.
Es de esperar que el Ministro Sebastián, el Gobierno de Aragón, los sindicatos o quien corresponda, traten de arreglar las cosas para que Figueruelas no pase a la historia como “una fábrica de Opel que existió en Aragón”.