Del Libro de Daniel: Un Dios Revelador de Secretos
Daniel Ponce Alegre. Si hay una expresión que ha llegado hasta nuestros días y que resume en una frase el Legado del Libro del Profeta Daniel, ésta sería: " la estatua tiene los pies de hierro y barro ", que en su sentido bíblico se interpreta como la imposibilidad de establecer alianzas sólidas y estables, así como su debilidad, entre los gobiernos humanos en el presente tiempo del fin, y que se ha interpretado con el pasar de los siglos como que una edificación, acuerdo o proyecto humano en sus fundamentos es débil, inestable e inseguro. La riqueza exegética de este libro es sólo comparable a la del último libro de la Biblia: Apocalipsis o Revelación.
Por este motivo, y siendo los tiempos actuales más necesitados que nunca, en todo el mundo, de sólida Esperanza y Visión de la Realidad por Venir, que sólo es posible si proviene del Dios Verdadero, Jahvé de los Ejércitos, y mediante su Ungido y Señor Nuestro, Jesucristo, vamos a dedicar desde este Diario una serie de artículos a la Interpretación Aplicada, tanto del Libro del Profeta Daniel como del Libro de Apocalipsis o Revelación para así impedir ser cegados y engañados por las apariencias procedentes del Engañador, Satanás, que usa los asuntos de este mundo, que está bajo su control. Anticipo al lector que tras este artículo introductorio pasarán unas semanas sin artículos por mi parte pues tengo previsto estar en la Cartuja. ¡ Acuérdense de mi como yo lo haré de todos !.
Leamos ahora algunos de puntos sobresalientes del cap. 1 del emocionante libro de Daniel:
En el año tercero de la gobernación real de Jehoiaquim+el rey de Judá, Nabucodonosor el rey de Babilonia*vino a Jerusalén y procedió a ponerle sitio.+ 2 Con el tiempo, Jehová* dio en su mano a Jehoiaquim el rey de Judá+ y una parte de los utensilios+ de la casa del Dios [verdadero],* de modo que él los llevó a la tierra de Sinar,*+ a la casa de su dios; y llevó los utensilios a la casa del tesoro de su dios.*+ 3 Entonces el rey dijo a Aspenaz, su primer oficial de la corte,*+ que trajera a algunos de los hijos de Israel y de la prole real* y de los nobles,+ 5 Además, a ellos el rey les señaló una ración diaria de los manjares exquisitos+ del rey y del vino que él bebía, aun para nutrirlos por tres años, para que al fin de estos estuvieran de pie delante del rey. 6 Ahora bien, sucedió que hubo entre ellos algunos de los hijos de Judá: Daniel,+ Hananías, Misael y Azarías.+ 7 Y a ellos el oficial principal de la corte se puso a asignar nombres.+ De modo que asignó a Daniel [el nombre de] Beltsasar;+ y a Hananías, Sadrac; y a Misael, Mesac; y a Azarías, Abednego.+ El punto que viene ahora es el primero digno de destacar en lo que toca a la fidelidad de Daniel y de sus compañeros, motivo por el que fueron bendecidos a los largo de toda su vida a pesar de las muchas pruebas posteriores: 8 Pero Daniel se resolvió en su corazón a no contaminarse+ con los manjares exquisitos del rey ni con su vino de beber. Y siguió solicitando del oficial principal de la corte no contaminarse.+ 9 Por consiguiente, el Dios [verdadero] entregó a Daniel a bondad amorosa* y misericordia delante del oficial principal de la corte.+ 10 De manera que el oficial principal de la corte dijo a Daniel: “Estoy en temor de mi señor* el rey, quien ha señalado el alimento y la bebida de ustedes.+ ¿Por qué, entonces, debería él ver sus rostros con apariencia decaída en comparación con los niños que son de su misma edad, y [por qué] deberían ustedes tener que hacer culpable mi cabeza ante el rey?”. 11 Pero Daniel dijo al guardián que el oficial principal de la corte+ había nombrado sobre Daniel, Hananías, Misael y Azarías: 12 “Por favor, pon a tus siervos a prueba por diez días, y que nos den algunas legumbres+ para que comamos, y agua para que bebamos; 13 y que nuestros semblantes y el semblante de los niños que están comiendo los manjares exquisitos del rey se presenten delante de ti, y, según lo que veas, haz con tus siervos”. 14 Finalmente él les escuchó respecto a este asunto y los puso a prueba por diez días. 15 Y al fin de diez días el semblante de ellos pareció mejor y más nutrido en carnes que [el de] todos los niños que estaban comiendo los manjares exquisitos del rey.+ 16 De modo que el guardián siguió llevándose de ellos sus manjares exquisitos y su vino de beber, y dándoles legumbres.+17 Y en cuanto a estos niños, los cuatro, el Dios [verdadero] les dio conocimiento y perspicacia en toda escritura y sabiduría;+ y Daniel mismo tenía entendimiento en toda suerte de visiones y sueños.+ Así vemos con claridad que la bendición de Dios ( Jahvé o Jehová ) no vino por que sí sino con el esfuerzo y la determinación, que fue parte de la vida de Daniel, Hananías, Misael y Azarías, y todo ello a pesar de las pruebas externas, que veremos a lo largo de todo el libro. 18 Y al fin de los días que había dicho el rey para que se los llevaran,+ el oficial principal de la corte también procedió a llevarlos delante de Nabucodonosor. 19 Y el rey empezó a hablar con ellos, y de todos ellos no se halló a nadie como Daniel, Hananías, Misael y Azarías;+ y ellos continuaron estando de pie delante del rey.+ 20 Y en lo que respecta a todo asunto de sabiduría [y] entendimiento+ que el rey inquiría de ellos, hasta llegó a hallarlos diez veces mejores que todos los sacerdotes practicantes de magia+[y] los sortílegos+ que había en toda su región real. 21
Y Daniel continuó hasta el primer año de Ciro* el rey.+ Tengamos siempre en mente la premisa de este capítulo 1 del libro de Daniel, pues no es casual que empiece así, asentando las bases de cómo es un Servidor del Dios Verdadero. Amén.