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José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

GRACIAS A DIOS Y A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO POR PASTORES COMO D. ÁLVARO

Don Alvaro contribuyó decisivamente a salvar el Sacerdocio de las corrientes que querían carcomerlo

Daniel Ponce Alegre. Ex Miembro de la Curia Valentina. Al inicio de este artículo vienen a mi mente las palabras que el Cardenal D. Julián Herranz, miembro del Opus Dei y durante más de la mitad del Pontificado de Juan Pablo II  Presidente de la Comisión Pontificia para los Textos Legislativos y hombre de confianza plena de dicho Papa, escribió en su libro " En las afueras de Jericó":

"Cuando veía a D. Álvaro del Portillo, como Secretario, moderar las complejas reuniones de la Comisión Pontificia del Concilio Vaticano II para la Disciplina del Clero y del Pueblo Cristiano, me acordaba de la inscripción latina esculpida en el campanario de una bella iglesia románica del Trentino: "Horas non numero nisi serenas, sólo marco las horas serenas", es decir, las horas serenas espiritualmente hablando.

La Iglesia entera debe alegrarse, y digo todos, por que D. Álvaro contribuyera decisivamente, en el Concilio Vaticano II, a salvar el Sacerdocio de las corrientes de fondo que habían empezado a carcomerlo.

Habían quienes proponían un Sacerdocio meramente cultual, otros querían reducir el Sacerdocio a la gestión de lo humanitario.

D. Álvaro trabajó con serena inteligencia y humilde piedad, recuerdo una anécdota de la biografía de D. Álvaro en la que él fue a visitar al Papa Pío XII, en el año 1943, cuando el mundo estaba en plena guerra, para hablarle del Opus Dei y D. Álvaro aún un miembro laico del Opus Dei se presentó con el uniforme de Ingeniero de Caminos,y la Guardia Suiza se formó para que les pasase revista y él lo hizo con total normalidad ante la vista del Papa Pío XII, tres años después cuando volvió a ver al Papa con sotana él le recordó la anécdota y desde ese momento era frecuente que el Papa le saludara como: " Hola Ingeniero".

D. Álvaro dedicó especialmente toda su formación, para que el Sacerdote salido del Decreto

" Presbyterorum Ordinis " respondiera a la Misión de la Iglesia: ser el pastor que Cristo deja para el cuidado de sus ovejas hasta su Vuelta como Rey y Juez con poder y gloria celestiales, y ser también " el Esclavo Fiel y Prudente que el Señor dejó al cuidado de sus bienes hasta su Vuelta".

La Beatificación de D. Álvaro el próximo sábado 27 en Madrid y el domingo se convierte así en un acto de agradecimiento a un Sacerdote, a un hermano nuestro en Cristo y a un hombre que como decía San Pablo le quitaban el sueño las preocupaciones por la Iglesia que Cristo, El Esposo, había comprado para el Padre a un precio muy alto, con su sangre preciosa.

 

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