EEUU cambia de estrategia en Afganistán
Redacción Madrid. 21 de noviembre.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, propuso hoy a los países miembros de la OTAN a modificar su estrategia en Afganistán para combatir la creciente influencia de los talibán en el sur del país, donde se cultivan adormideras para producir opio.
Gates quiere que las fuerzas de la OTAN desplegadas en el sur abandonen su estrategia de luchar contra los talibán provincia a provincia para adoptar una estructura de mando que abarque regiones enteras, ya que Defensa se está planteando aumentar los efectivos en la zona de forma significativa el próximo año, según fuentes oficiales de este ámbito.
Las cinco provincias del Mando Regional-Sur de la OTAN (RC-S) constituyen uno de los frentes principales de la guerra. Según los expertos, los insurgentes, financiados por el comercio del opio afgano (valorado en 3.000 millones de dólares o más de 2.400 millones de euros), tienen influencia sobre una franja que se extiende a lo largo de las fronteras de varias provincias.
Gates propuso la nueva estrategia en la provincia canadiense de Nueva Escocia con sus homólogos de Canadá, Dinamarca, Reino Unido, Países Bajos, Australia, Estonia y Rumanía, cuyos soldados representan el 90 por ciento de los 18.000 efectivos que tiene desplegados la Alianza Atlántica en el sur de Afganistán.
Estados Unidos tiene unos 3.500 soldados destacados en el sur, pero los comandantes han pedido más de 10.000 efectivos adicionales para esta zona. El secretario de prensa del Pentágono, Geoff Morrell, explicó que las tropas que se envíen en el futuro al sur estarán bajo el mando del comandante del RC-Sur. "Serán sus activos para que los despliegue como crea conveniente", añadió.
Morrell expresó el deseo del Pentágono de que este futuro aumento de tropas "siente un precedente" y, de esta manera, otros países otorguen poderes al comandante del RC-Sur para que "utilice esas tropas para el beneficio total de la región".
VENTAJAS DE LA NUEVA ESTRATEGIA
Hasta el momento, la OTAN ha combatido a los milicianos islamistas en el sur asignando las responsabilidades de los distintos sectores provinciales a diferentes países. Al emplazar a los aliados a ceder autoridad a los comandantes responsables de la seguridad de cada región, la Alianza lograría una mayor eficacia a la hora de frenar el flujo de combatientes, armas y dinero que alimenta el conflicto.
"El enemigo al que nos enfrentamos en Afganistán no respeta las fronteras, así que cuanto más fomentemos la cooperación a través de las fronteras que hemos establecido, mejor", defendió una fuente del ámbito de la Defensa de Estados Unidos.
PROPUESTAS DE DIFÍCIL APLICACIÓN
Pero la aplicación de las propuestas de Gates podría ser complicada debido a la reticencia de algunos países europeos a renunciar a parte de su autoridad y a ceder el control del papel que desempeñan sus fuerzas en Afganistán, a pesar de que la situación ha cambiado por el aumento de la violencia en todo el país hasta niveles que no se alcanzaban desde que el Ejército estadounidense derrocó al régimen talibán en 2001.
"Hay un arco de penetración talibán por Zabul, Uruzgán, Helmand y Kandahar. Estados Unidos en estas zonas, al igual que los canadienses en Kandahar y los británicos en Helmand, están actuando con unas fuerzas escasas", opinó Seth Jones, del grupo de expertos sin ánimo de lucro RAND Corporation
El jefe de las fuerzas de la OTAN y de Estados Unidos en Afganistán, general David McKiernan, ha solicitado tres brigadas más (más de 10.000 soldados) específicamente para el sur. Pero aunque el Pentágono pretende enviar más soldados a Afganistán, éstos se desplegarán en el este.
El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, apoya el envío de tropas adicionales, pero Gates dijo este año en el Congreso que no estarán disponibles hasta la próxima primavera o el verano debido a los compromisos adquiridos por el Ejército en Irak, donde hay unos 150.000 soldados estadounidenses.
En Afganistán hay 32.000 soldados estadounidenses (14.500 bajo el mando de la OTAN), una cifra que representa el 46 por ciento de las fuerzas occidentales destacadas en el país centroasiático, compuestas por 70.000 efectivos.