El beato Ignacio Maloyan en el Gólgota de los armenios
Carmen M. Alvarez. La reciente aparición del libro, El beato Maloyan en el Gólgota de los armenios, escrito por el profesor de Historia de la Universidad San Pablo CEU, José Luis Orella, nos rellena un hueco importante en la historiografía en lengua española. Es el cuarto volumen de la Colección Mártires del Siglo XX de Ediciones Encuentro, donde se intenta dar a conocer una página de la historia desconocida para muchos católicos españoles, y es que el siglo XX fue uno de los más sangrientos contra los cristianos. En la historiografía en lengua inglesa o francesa, es fácil encontrar obras que describen estos hechos, pero es verdad que en lengua española se hace bastante difícil, aunque el mundo en español sea la mitad de la Iglesia Católica. Por eso este esfuerzo de la editorial Encuentro por dar a conocer estos martirios desconocidos en la mayor parte de los casos es encomiable.
En este caso, el profesor Orella ha realizado una labor de síntesis donde nos traslada a la Primera Guerra Mundial, y donde nos da a conocer la existencia del primer pueblo que hizo del cristianismo su religión oficial y vivió mayoritariamente dentro de los confines del imperio Otomano. El intenso nacionalismo turco que intentaba evitar el colapso del Imperio favoreció la oportunidad que le brindaba la guerra para eliminar a una comunidad industriosa que reivindicaba su nacionalidad, pero impedía la homogeneidad que exigía el nacionalismo de los jóvenes turcos. La deportación y eliminación de los armenios fue uno de los peores crímenes desarrollados durante la Primera Guerra Mundial, se calcula que pudieron ser millón y medio de armenios los asesinados más varios centenares de miles de asirios y griegos. En este libro, el autor nos describe quienes son los armenios, la situación del Imperio turco y como se desarrollaron las matanzas que dieron lugar a las matanzas. Se hace entrañable, como describe, la aparición de la comunidad católico armenia, un hecho muy desconocido para el católico común, y la labor del obispo de Mardin, Monseñor Maloyan en este proceso. Mardin era la ciudad que concentraba a la mayor parte de los miembros de la comunidad católica armenia, junto a caldeos y sirocatólicos, entre otras comunidades cristianas que no tenían relación con Roma. Se describe un mundo plural y rico en con vivencia con periodos de intransigencia, que tuvo un brusco final con el exterminio de todos aquellos. El obispo Maloyan fue el primero que fue beatificado de un episcopado que cumplió su función de pastor, perdonando a sus asesinos y asegurando la entrada en el Cielo de sus fieles, y al final de ellos mismos. Sus relatos, llegados a nosotros por supervivientes y testigos de las matanzas, nos recuerdan los tiempos de las persecuciones de los Apóstoles o en España, a los tiempos de la Guerra Civil, cuando el odio reinaba en las calles.
En definitiva, un libro que nos ayuda a enriquecer nuestro conocimiento sobre los desconocidos mártires del siglo XX, con esta aportación sobre el final de los armenios, y en concreto, sobre los católicos armenios. En la actualidad existe un patriarcado exclusivo para los católicos armenios dentro de la Iglesia Católica. La mayoría de los armenios pertenecen a la Iglesia Apostólica Armenia, que guarda una relación estrecha y fraterna con la Católica desde los tiempos de San Juan Pablo II.